Paso a paso: cómo sigue el juicio político que podría destituir a Dilma
La aprobación de hoy por parte del Senado es sólo el primero de los muchos escalones que conforman un engorroso proceso
a decisión del Senado de someter a un juicio político a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff , es sin dudas una decisión que tendrá un antes y un después. Son en total seis meses, los que la mandataria permanecerá apartada del gobierno. Son 180 días los que tendrá la jefa de Estado para planificar una defensa infalible y que pueda desembocar en una única opción: su regreso al gobierno.
Hoy, la Cámara alta dio apenas el primer paso de un engorroso trámite que puede durar meses hasta que se defina si será finalmente destituida o recuperará el cargo.
Una vez notificados, Rousseff será separada del cargo durante los 180 días que puede durar el proceso y Temer asumirá la presidencia en forma interina, aunque con plenos poderes, durante ese período.
La gestión de Temer puede acabar junto con el proceso en el caso de que Rousseff sea absuelta, pero si es finalmente destituida el actual vicepresidente completará el mandato que vence el 1 de enero de 2019.
A partir de la semana próxima, la comisión especial integrada por 21 senadores que analizó los méritos jurídicos de las acusaciones se reunirá para definir un calendario de trabajo para el propio juicio político, que puede durar meses y en el que serán escuchados los testimonios de la parte acusadora y de la defensa.
También podrán ser citados testigos que puedan contribuir para la producción de pruebas, tanto a favor como en contra de Rousseff, y será elaborado un informe final con las conclusiones del caso.
Ese informe será votado en la comisión y, en caso de ser aprobado por una mayoría simple, será encaminado al pleno del Senado, que en una única sesión decidirá si Rousseff será finalmente destituida. Esa última sesión del proceso será dirigida por el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski, cuyo mandato vence el próximo septiembre y será sustituido por la magistrada Carmen Lucia Antunes.
Si para ese momento el proceso no hubiera concluido, esa última sesión sería presidida por Antunes, quien de esa manera dirigiría el trámite que pudiera poner fin al mandato de la primera mujer elegida para gobernar el país.
Los días de Dilma
Durante los meses en que la mandataria estará alejada del gobierno, vivirá en el Palacio de Alvorada, la residencia oficial de Brasilia, un edificio de 7.000 metros cuadrados y tres plantas que tiene sótano, pista de aterrizaje, auditorio, lavandería, centro médico, habitaciones utilizadas para las recepciones oficiales, cuatro suites, dos apartamentos, una biblioteca, una piscina olímpica climatizada, una sala de música, dos salas de comedor y varias salas de reuniones.
Además, utilizará para trasladarse aviones de la Fuerza Aérea y mantendrá un número reducido de colaboradores que definirá el Senado.