Policiales 21/11/2016

Salvador Mazza: Un efectivo le desfiguró de una piña el rostro a un joven

Un efectivo que estaba de franco golpeó con una manopla a un muchacho y le arrancó un pedazo de labio. Cuando fue a la Comisaría a radicar la denuncia no quisieron atenderlo.

Con el rostro desfigurado, medicado y bajo una profunda crisis de nervios. Así se encuentra Blas Osvaldo Ferreyra, de 23 años. El joven fue víctima de una brutal golpiza con una manopla, a manos de un policía, según informa diario El Tribuno.

Al muchacho le faltan dos centímetros de sus labios. El agresor, un efectivo de la Brigada de Investigaciones 4, de apellido Durán, está detenido acusado de lesiones gravísimas.

El viernes por la noche, Blas Ferreyra, comerciante y padre de un bebé, concurrió junto a su pareja a un boliche karaoke de la ciudad fronteriza de Profesor Salvador Mazza. En determinado momento ingresó al baño y se encontró con el policía, Durán, quien estaba de franco.

"Él estaba apurado en orinar y me corrió. Me empujó con una piña fuerte en la cara. Yo lo empujé y cayó al piso. En ese momento todo quedó ahí", manifestó Blas Osvaldo Ferreyra en su denuncia.

Tras el violento episodio, el policía fue expulsado del local bailable por guardias de seguridad.

Pero no todo terminó allí. Cuando finalizó el baile, alrededor de las 5, el policía, quien se habría quedado afuera esperando a Ferreyra, fue directo hacia él. Lo interceptó en una esquina, en cercanías a una farmacia.

"Me vino a encarar y me empezó a pelear pero yo me defendí", sostuvo Ferreyra quien luego se retiró del lugar junto a su esposa, una prima y una amiga, en un taxi.

Todos se bajaron del vehículo en la esquina de la comisaría 40. Cuando pasaban por el frente de la dependencia un policía que estaba allí observó que el muchacho agredido tenía un tajo en el rostro. "¿Que te pasó?", le preguntó el efectivo. El joven respondió que la herida era producto de la trompada que le había pegado el policía Durán en el boliche.

Otro ataque más

Mientras el muchacho, en la vereda, le explicaba lo sucedido al efectivo, repentinamente Durán salió de la comisaría con una motocicleta. La dejó a un costado, extrajo una manopla, se la colocó en la mano y le asestó otro golpe en el rostro, producto del cual al muchacho se le desprendió parte del labio.

Otros seis policías, entre hombres y mujeres, fueron testigos pero ninguno trató de frenar a su compañero.

Luego, un policía se interpuso entre ambos pero saliendo en defensa de su compañero.

Malherido, junto a su esposa, Ferreyra regresó a su vivienda en el barrio Ferroviario. Durmió unas horas y se despertó alrededor de las 13. Volvió a la comisaría para hacer la denuncia pero no lo atendieron.

"Los policías se dieron cuenta de que esto era gravísimo y a las 14.30 vinieron a mi casa, en el barrio Pueblo Nuevo a preguntar por Blas. Yo les dije que él vive en "Ferro''. El policía que vino a mi casa me dijo que su jefe quería que mi hijo vaya urgente a formalizar la denuncia. Me dieron a entender que el tal Durán, quien vive en Aguaray, estaba loco, demente y que siempre generaba conflictos", relató Graciela Cajal, madre del muchacho herido.

Daños irreversibles

El joven fue hospitalizado seis horas en el centro asistencial de Salvador Mazza y luego fue derivado al hospital Juan Domingo Perón, de Tartagal, para que le realicen la sutura. Un cirujano lo examinó y le explicó que la pérdida de tejido es irreversible, que debe aguardar a que la zona afectada se desinflame y realizar una consulta con un cirujano de la capital salteña.

"Quiero justicia. Que se hagan cargo de la operación reconstructiva de los labios de mi hijo. Esto no puede quedar así. Este policía, como muchos otros, creen que porque tienen uniforme son más que uno, pero todos somos iguales. Nadie se merece esto. Este policía sacó un arma blanca, pero si llegaba a sacar su arma reglamentaria, ¿qué sucedía? Mi hijo no estaría contando esta historia", finalizó indignada la mujer.

"Mi hijo está muy mal anímicamente. No puede comer. Tiene que hacer terapia psicológica. Llora todo el tiempo. Está deprimido. Tuvimos que sacar los espejos de la casa", se lamentó Graciela Cajal.

El fiscal penal Armando Cazón ordenó la detención del policía Durán quien fue suspendido de sus funciones y entregó el arma reglamentaria y la credencial. El funcionario le fijó para hoy una audiencia a la que deberá presentarse.