Turismo10/03/2017

La Caldera, un pueblo colonial a orillas de la selva

Se trata del poblado que mejor conserva su arquitectura de principios del siglo XIX, custodiado por el Cristo Redentor, es un destino ideal para el descanso y la tranquilidad.

Viajar, es una de las actividades más reconfortantes para el ser humano y La Caldera es un destino digno de ser visitado. Se ubica a 22 kilómetros de la ciudad en el Valle de Siancas. Custodiado por un imponente Cristo Redentor, el pueblo de origen jesuítico, ofrece distintos atractivos.  

Se trata de uno de los lugares que mejor conserva su arquitectura de principios del siglgo XIX, rodeada de una frondosa vegetación el pueblo está enclavado a orillas de la selva tucumano-oranense, ofreciendo un paisaje que deleita y posibilita numerosas actividades como caminatas y cabalgatas.

Es uno de los pueblos salteños que mejor conserva su arquitectura de la primera mitad del sigo XIX, con sus casas de amplias galerías y barandas al frente, con prolijos jardines que se cobijan bajo la sombra de frondosos y añosos árboles nativos.

En el lugar también se puede visitar el dique Campo Alegre para realizar deportes náuticos y pesca. También tiene un camping para disfrutar de un día al aire libre.

Posee una gastronomía regional muy completa tanto en el pueblo como en lugares un poco más alejados. Al pie del Cristo Redentor se encuentra el restobar Los Ángeles, donde se pueden degustar pastas, pizzas, entre otros menú, al igual que postres deliciosos, todos realizados artesanalmente.

Fideos caseros en Los Ángeles restobar

La Caldera, guarda el encanto y el atractivo de aquellos pueblos que pareciera que viven al margen del tiempo y la distancia, y donde lo cotidiano tiene un valor inapreciable.