Nacional10/04/2017

Dos travestis mandaron al hospital al cliente por pedirles rebaja en la tarifa

"Cristal" y "Fabiana", dos prostitutas transexuales, enviaron al hospital a un cliente luego de propinarle una brutal golpiza por haberse negado a pagarles lo pactado luego de haber contratado sus servicios.

"Cristal" y "Fabiana", dos prostitutas transexuales, enviaron al hospital a un cliente luego de propinarle una brutal golpiza por haberse negado a pagarles lo pactado luego de haber contratado sus servicios.

El incidente tuvo de epicentro las calles 24 de Septiembre y Dorrego, ciudad de Santiago del Estero. Alrededor de las seis de la madrugada del sábado, un canillita encontró a un hombre tirado en la vereda. Un pronunciado sangrado dejaba entrever que había recibido duros golpes. La primera sospecha era que había sido asaltado.

La víctima tenía golpes en la cabeza y el pecho, según lo deslizó el personal médico y policial actuante. Ni bien arribó la emergencia, ascendió al paciente en camilla, directo a Urgencias del Hospital Regional. Mientras era asistido por los enfermeros, la policía le solicitó información sobre las causas del ataque. Con cierta timidez, el hombre (una persona mayor de edad) deslizó que fue golpeado a trompadas y patadas por dos travestis amigas, porque no quiso pagarles lo acordado. Extraoficialmente, habría dejado entrever que las conocía hace tiempo y que jamás tuvieron problemas.

"¡Por favor, no quiero hacer denuncia alguna!", les pidió encarecidamente a los policías, generando cierta perplejidad entre los uniformados. De todos modos, les habría recreado la historia de sexo y violencia.

"Salí con dos travestis. Comimos; después fuimos a un albergue. Eran casi $ 1.000, pero no me alcanzaba para pagarles. Se enojaron. En el auto, vinieron enojadas y terminaron golpeándome...", sintetizó.

Detalló que "Cristal" lo empujó del auto y golpeó en el rostro a trompadas. Ahí nomás, se le plegó "Fabiana". Ella lo agredió a patadas en el tórax; primero con sus tactos altos y luego, hasta descalza. Aunque no lo subrayó, se presume que el coche correspondía a una de las trabajadoras sexuales. La otra probabilidad es que el trío se movilizaba en un remís y que por mayor decoro, la víctima se reservó tantas precisiones.