Policiales10/08/2017

Chofer de colectivo denuncia que fue patoteado dentro de una Comisaría

El lunes por la tarde, Héctor, un chofer del Corredor 5, fue patoteado dentro de una Comisaría por un sujeto que llegó en compañía de otros 6, luego de que ambos protagonizaran un siniestro vial.

El chofer tiene 31 años y trabaja hace tres años en la Empresa de Ale Hnos., cubriendo el recorrido Salta - Carril. Eran alrededor de las 6 de la tarde del lunes, mientras circulaba por Cerrillos, sobre ruta 68 a dos cuadras de la plaza central, momento en que un automóvil marca Fiat Siena, conducido por un joven realiza una mala maniobra de girar en "U" en plena ruta y el colectivero a raíz del imprevisto del otro conductor roza su auto.

Esta situación motivó que el automovilista se bajara del vehículo y rompiera el vidrio de la ventanilla de una "piña" y que en un estado irreconocible de locura, de acuerdo a lo que relata el agredido a DNI, no paraba de golpear la unidad, hasta que llegó lo peor, tomó un ladrillo y lo lanzó contra el parabrisas, ¿el resultado? Lo rompió provocándole que parte de los vidrios ingresen en los ojos del joven chofer de Saeta. La unidad iba colmada de pasajeros, muchos de los cuales, se ofrecieon a ser testigos de lo sucedio.

"Yo presioné 5 veces el botón antipático, mientras me amenazaban diciéndome ‘Te voy a hacer aca´, pero la policía no llegaba", contó la víctima a DNI. Luego de 20 minutos acudieron los efectivos, a pesar de estar la comisaría a dos cuadras del lugar del hecho.

En la misma Comisaría

Ya en la sede policial, los uniformados trasladaron en primer lugar al joven colectivero al destacamento para tomarle la denuncia. Mientras lo dejaron sentado esperando, llegó el agresor acompañado de otros policías.  El dato que llamó la atención es que el atacante al llegar a la Comisaría comenzó a saludar a los efectivos con besos y abrazos, dejando notar un vínculo de confianza.

A los minutos, los uniformados se retiraron hacia otra ubicación del edificio, quedando la víctima y el golpeador a pocos metros de distancia, solos. En ese instante es cuando ingresaron seis hombres, conocidos o amigos, del atacante y entre los siete, comenzaron a golpearlo al chofer hasta tirarlo al piso: le pegaron en la cabeza, lo patearon entero – en los genitales y en distintas partes del cuerpo – , además le rompieron el celular. Ante sus gritos desesperados de auxilio, aparecieron los policías quienes redujeron al agresor.

Llama la atención que al hacer la denuncia, el colectivero manifestó que había sido golpeado por varias personas, pero los azules no le permitieron que eso quede asentado en el escrito, dijeron que había sido atacado por una persona y no por siete, y que ellos no podían salir de testigos. “Nosotros no vimos nada”, expresaron los de la fuerza. Pero no termina ahí el crudo relato del trabajador de Ale Hermanos, “Solo vimos que te dio una patadita y un golpe”, fueron los argumentos de la policía quien minimizó la situación.

Luego de ese episodio, el hombre contó a DNI que fue atendido en una clínica privada y después que le dieron el alta, volvió a su domicilio, y durante la noche del lunes, comenzó a sentir que no podía mover ni las piernas ni los brazos. Llamó nuevamente a emergencias, para regresar a la clínica, dónde hasta el día de hoy permanece internado.