La verdad de la casa de la abuela a dividirse con una medianera: Hubo acuerdo de las partes
En la causa por violencia familiar iniciada a raíz de la denuncia de una abuela en contra de su nieta, las partes acordaron dividir la vivienda que habitan. No fue impuesta por la jueza, sino fue un acuerdo, pero revela de fondo la pelea por la propiedad.
Desde enero que la jueza de Joaquín V. González Patricia Rahmer, tramita esta causa. Todo comenzó cuando Yesica Ramos denunció que Paola Ramos maltrataba verbalmente a su abuela, Elba Paz de 89 años de edad. Producto de aquella denuncia, la jueza dictó la orden para que Paola Ramos se abstuviera de ejercer actos de violencia, pero en aquella ocasión la misma abuela solicitó que su nieta no fuera excluida del domicilio.
La abuela Paz dijo en aquella ocasión que su nieta pidió permiso para construir unas habitaciones pero contruyó mas de lo que le había autorizado.
En marzo la jueza celebró tres audiencias en esta causa y dos mas en junio , dos en julio y en octubre ya se hicieron cuatro audiencias.
La abuela Elba Paz no quiere usar su baño porque el que construyó su nieta es más nuevo, aunque tiene miedo de caerse en el piso del mismo. Atendiendo a este reclamo, las hijas y las nietas se comprometieron a arreglar el baño en muy mal estado que tiene la abuela, lo que a la fecha no se ha concretado según se constató en la causa.
Las hijas y nietas fueron citadas en la causa solicitándosele que se hicieran cargo de su abuela, lo que no han hecho. Entre otras cosas la abuela Paz expresó que ella paga las facturas de cable y agua, mientras que la nieta solo cumple con el pago de la factura de luz.
Falsas denuncias por violencia
La abuela no quiere que sus nietos se vayan de la casa que habitan, circunstancia que fue puntualizada. Una de las últimas denuncias es por violencia física, la cual no fue acreditada e incluso la abuela Paz dijo que no era cierto. Por ello mismo es que se ordenó la exclusión de la nieta Paola, pero la abuela igualmente se fue con ella. En la actualidad abuela y nieta viven en la casa.
Las partes (hija denunciante y nieta denunciada) acordaron en vista de esta situación dividir la casa y compartir el cuidado de la abuela.
En la causa las partes también acordaron que compartirían los gastos de la división.