Interior06/02/2018

El Pilcomayo empezó a ceder y dio un respiro a Santa Victoria

Informan que el agua en Villamontes, Bolivia, bajó cerca de un metro. Las zonas inundadas mostraron una leve mejoría.

Crecida del Pilcomayo

El agua está cediendo en Bolivia por lo que en las zonas inundadas en el norte provincial se comenzó a ver una leve disminución en el impresionante desborde del Pilcomayo, publicó Nuevo Diario.

El Comité de Crisis trabaja arduamente para restablecer el contacto con Santa Victoria Este indicó El Tribuno. Vialidad Nacional traerá desde Jujuy un puente que calculan, estaría activo el día jueves. 

Con la tranquilidad de ver el agua ceder, comenzaron a pensar en la reconstrucción de los daños cuando las aguas se retiren del todo. 

Durante la mañana de ayer, se realizó una reunión del Centro de Operaciones de Emergencia en una de las carpas del campamento del Ejército El Rosado. Estuvieron reunidos representantes de organismos nacionales como el Ministerio de Seguridad, de la Subsecretaría de Protección Civil, de Vialidad y también funcionarios provinciales. A la reunión, la encabezó el comandante del Ejército. Allí se anunció la decisión de que se utilizará el camión/puente Bailey pero no el del Ejército, sino el de Vialidad Nacional. 

"Utilizaremos finalmente el puente de Vialidad Nacional por una cuestión operativa. Lo traerán desde Jujuy. Calculamos que necesitaremos 40 metros de puente para llegar al otro extremo y así volver a comunicarnos con Santa Victoria", informó Daniel Russo subsecretario de Protección Civil de la Nación. Además, afirmó que se mantendrán las contenciones de ayuda a los evacuados hasta que sea necesario.



Con la ayuda de una lancha a motor se realizó el primer cruce a Santa Victoria. El primero en cruzar fue Néstor Ruiz de los Llanos, secretario de Protección Civil de la Provincia. "Voy a cruzar para ver la situación y analizar cómo están las comunidades hacia el norte de Santa Victoria", comentó el funcionario. Entre esas comunidades está Misión La Paz que estaría incomunicada desde el viernes, pero afirman que allí no ingresó el agua. El que esté cercana al puente internacional que da a Paraguay, dicen las autoridades, lleva calma sobre su situación.

Según Defensa Civil de la provincia, en Bolivia, en Villamontes el agua bajó a menos de 4 metros, lo cual consideran como una señal positiva ya que, según informan, "hace unos días estaba a más de 5 metros". 

Analizan la situación de los parajes del sur de Santa Victoria como Pozo El Bravo, Pozo el Toro, San Miguel, donde señalan que hasta el momento no tuvieron noticias de que haya llegado el agua. Confirman que el agua sí llegó hasta Rancho El Ñato. 

Los trabajos de rescate del Ejército fueron arduos durante la madrugada del lunes. Allí ayudaron a llegar a muchos de los que en un principio no querían irse y cedieron ante la incertidumbre. Como en el paraje Misión La Gracia o Pozo La Yegua desde donde llegaron evacuados a altas horas de la noche. En las comunidades más complicadas, La Curvita y Monte Carmelo, no quedó nadie. En La Puntana, informan que no llegó el agua por estar ubicada en un lugar más alto. 



Varios de los evacuados llegan al campamento militar El Rosado, como primera parada de emergencia, pero luego deciden ir a armar sus carpas a las entradas de las comunidades para "cuidar que nadie se lleve nada", como Asencio de Pozo La Yegua que llegó el domingo por la noche y ayer al mediodía se disponía a volver a la ruta con su familia para "cuidar que nadie se robe el freezer y la heladera". Los cuidó dejándolos arriba de un estante que él mismo fabricó. 

Puentes aéreos

Se realizan constantes puentes aéreos a Santa Victoria Este y a algún paraje anegado. Casi como una escena de película, en uno de los puentes aéreos de ayer al mediodía, el helicóptero aterrizó en plena ruta y atrajo la atención de todo el campamento, por sobre todo de los niños que no salían de su asombro. Tanto militares, como los hombres del campamento se dispusieron a cargar la nave con bolsones de alimentos. 

El hecho de que el agua comience a correr va a permitir llegar a lugares que hasta el momento están aislados y ver en qué estado quedaron las comunidades y las casas. 

Ahora se comienza a pensar en el otro trabajo que no será menos arduo: el de la reconstrucción.