El peronismo busca consolidarse y conformar un esquema electoral
Dirigentes y miembros del partidos se distancia del escándalo de los cuadernos K y dialogan en busca de la unidad del sector, con miras a las elecciones del 2019. Las posturas.
Entre la expectativa y el silencio, el peronismo busca una oportunidad para crecer frente al escándalo de los cuadernos K. Así lo afirma el sitio Infobae respecto a los movimientos que se están generando en el partido, a fin de poder armar un esquema electoral fuera de las novedades de la corrupción.
La causa de los cuadernos K se sintió en el micromundo de la política y más aun en el peronismo, donde intendentes y dirigentes provinciales se movieron con la rapidez que lo suelen hacer cuando advierten que un hecho puede modificar el escenario político en el corto plazo. Desde los municipios del Conurbano salieron mensajes hacia los teléfonos de Sergio Massa, Florencio Randazzo y Juan Manuel Urtubey, además de contactos con dirigentes cercanos a ellos que en la actualidad llevan adelante la construcción del nuevo esquema opositor. Una forma de no quedar fuera de órbita y tener la posibilidad de formar parte de la iniciativa si la situación judicial de Cristina Kirchner se agrava y las encuestas no reflejan lo que marcaron durante el último año y medio.
La posibilidad de una reacción anti sistema de la sociedad y la abrumadora realidad política argentina, donde un escenario económico muy complejo se superpone con el destape de un caso de corrupción sin precedentes, fomentaron una idea que en el peronismo se barajó con aceptación. No es el momento de hablarle de política a la gente porque la gente está harta de la política. Esa definición complota contra el avance del armado que tiene el respaldo de la mitad de los gobernadores del PJ, cerca de 75 legisladores, entre senadores y diputados nacionales, intendentes del interior y los espacios Cumplir y Frente Renovador, que conducen Florencio Randazzo y Sergio Massa, respectivamente. Por eso las contradicciones abundan en las oficinas donde se definen los avances del panperonismo.
En lo que respecta a las reacciones dentro del panperonismo, en el massismo están convencidos que tanto el kirchnerismo, por el escándalo de los cuadernos, como el Gobierno, por la crisis económica, pierden terreno de cara al 2019. Creen que la causa que tiene Bonadio en su poder golpea a Cristina Kirchner como posible candidata a presidente pero no modifica el respaldo de su núcleo duro de votantes.
Similar es la postura de Florencio Randazzo. Prefiere no expresarse sobre los cuadernos K hasta que la justicia avance en la investigación. "Hay que tener responsabilidad frente a hechos que son muy graves", le dijo a Infobae uno de los integrantes de la mesa de trabajo del ex ministro. En definitiva, Randazzo no quiere pecar de oportunista. Por eso seguirá en silencio, trabajando para lograr acuerdos dentro del peronismo.
Juan Manuel Urtubey tiene la postura más dura. Cree que la causa de los cuadernos de Centeno va a servir para dividir definitivamente el peronismo entre quienes respaldan la posibilidad de un proyecto junto a Cristina Kirchner y la fuerza que conduce. El gobernador de Salta, quien está decidido a ser candidato a presidente en el 2019, está convencido que la flamante causa de corrupción que se destapó le dará consistencia a su argumento en contra de la unidad entre el peronismo y el kirchnerismo. El salteño es uno de los pocos dirigentes peronistas que se expresó en reiteradas oportunidades sobre la causa.
Entre los legisladores del peronismo federal existen dos miradas. Están quienes creen que la crisis y la causa de los cuadernos generan una oportunidad para crecer como una opción electoral de cara al próximo año. Una cúmulo de situaciones que afectan la credibilidad de la política y que ayudará para que el nuevo espacio en el trabajan emerja con mayor facilidad. Pero también están quienes creen que no hay que mirar que sucede con el kirchnerismo porque, desde un principio, la voluntad de quienes integran el nuevo proyecto es configurar una alternativa sin alianzas con el espacio que conduce la ex jefa de Estado.
Por otra parte, los gobernadores del PJ más cercanos a este esquema prefieren no expresarse públicamente sobre la causa de corrupción. Mantienen un perfil institucional, critican las medidas económicas del gobierno desde su sillón opositor y esperan con calma que los días del año se diluyan. El único que habló fue el gobernador de San Juan, Sergio Uñac. "Que la justicia investigue y que paguen los que tengan que pagar", aseguró.