Interior22/11/2018

Contrabando millonario por el Correo Argentino de Orán

Los cargos son asociación ilícita y encubrimiento de contrabando agravado. Las cifras de los cargamentos son millonarios en dólares. Un efectivo de Gendarmería Nacional vinculado a la mafia del contrabando logró huir minutos antes.

Una jornada histórica vivió otra vez la ciudad de Orán al ser allanada la sede central del Correo Argentino, donde varios de sus empleados, incluso de jerarquía, fueron detenidos acusados de asociación ilícita para contrabandear todo tipo de mercancía, incluso coca y drogas, adelantó El Tribuno.

La orden de allanamiento fue librada por el juez federal de Orán en la mañana de ayer, cuyo juzgado comparte paredes con el Correo Argentino. 

Se supo de fuentes oficiales que siete de los empleados de ese organismo fueron inmediatamente detenidos y en los depósitos del Correo Argentino fueron secuestradas cientos de encomiendas con destinatarios en distintos puntos del país, que debían recibir vía Correo Argentino diversas mercaderías de contrabando, ingresadas por una banda de bagayeros especializados.

La fuente confirmó que además de la sede del Correo Argentino, fueron allanadas siete propiedades más y detenidas un total de siete personas, todas ligadas al Correo.

 

 

Pero la causa se hizo extensible a la provincia de Jujuy, donde el juez federal de Orán exigió a su par jujeño el allanamiento de una sede, ya que personal jerárquico de la misma tenían vinculaciones de "negocios" con esa sucursal.   

Las informaciones que obtuvo El Tribuno de fuentes inobjetables indicaron que la carátula inicial es la asociación ilícita y contrabando agravado y que en los distintos allanamientos un efectivo de Gendarmería Nacional vinculado a la mafia del contrabando logró huir minutos antes que cayeran sus camaradas a detenerlo, siendo en este momento buscado como prófugo de la Justicia con pedido de captura nacional. 

La fuente indicó que el gendarme, cuyo grado se mantiene en reserva, era el proveedor de hojas de coca y otros derivados de la misma que eran enviados a través de encomiendas supuestamente lícitas hacia distintos puntos del país. 

Los verdaderos propietarios de la mercancía no fueron hallados, ya que los empleados del Correo utilizaban nombres de fantasía o terceras personas para que rubriquen como remitentes y así no levantar sospechas. Los envíos sería billonarios, del correo paralelo, en pesos, estimaron.