Analizan horas de video para reconstruir el derrotero de Sandra Palomo
Desde que se encontró el cadáver de Sandra Palomo, toda la táctica policial quedó circunscripta a las pistas que podían arrojar las cámaras de video, tanto del sector público como privado, lo que permitió tener al primer detenido.
La aparición de la camioneta en inmediaciones de la casa de la docente Sandra Palomo, en la calle Los Crisantemos, en el barrio Tres Cerritos, fue el indicio más fuerte del caso, pues llevó a los investigadores a buscar con las cámaras de video de la zona, tanto las pertenecientes al Centro de Video Vigilancia como de locales comerciales, el derrotero del rodado.
Palomo había salido el sábado de su casa en su camioneta, una Toyota Hilux color gris plateado, rumbo a una panadería.
En esa zona, la más cercana a su casa, se encuentra en inmediaciones de las calles Los Arces y Los Molles, a dos cuadras y medias, mientras que unas cuadras más al sur, se encuentran otras dos panaderías y pastelerías, en las calles Los Eucaliptos y Los Peteribíes.
La docente, según lo informado por Guido, el hijo mayor de la víctima, a este medio, ese día Sandra fue a comprar mercadería para el bautismo de su nieto, pero nunca regresó. La camioneta fue hallada a las pocas horas, con signos de violencia en su interior.
La zona de este lindo barrio
Con estos datos, se fijó un cuadrante de búsqueda que tuvo dos puntos clave, la casa de la docente, a una cuadra y media de la segunda rotonda de Tres Cerritos, en la plaza Árabe, y el lugar en que fue hallada la camioneta. Con estas referencias, se rastrearon todas las cámaras de la zona.
A la par, los policías de la División Homicidio salieron a patear la calle en ese sector hasta que el ojo de la cámara dio el dato revelador: un adolescente al volante de la camioneta de la víctima, quien no tardó en ser investigado, pues el mismo es vecino de la maestra. Si bien no reside en casas colindantes, pero sí en una zona muy cercana.
La sospecha es que esto sucedió cuando salió a la rotonda, probablemente, mediante alguna maniobra de engaño en la que el menor habría intervenido.