El secreto de Scola, para ser figura a los 39 años en el Mundial China 2019
Sin club, Luis Scola entrenó durante dos meses en soledad en una cancha de básquet construida especialmente en un campo de su propiedad. El experimentado jugador de la selección brilla en la Copa del Mundo de China 2019.
A los 39 años, Luis Scola sigue dando el ejemplo. Es una figura indiscutible del Mundial de Basquet China 2019, y ahora todos hablan del secreto del gran capitán: el ex NBA entrenó sólo en una cancha que había empezado a construir en 2014, en su campo de Castelli, provincia de Buenos Aires.
Luis Scola sigue brillando en el nivel máximo y es el único sobreviviente de la mítica Generación Dorada, la base del mejor seleccionado que ha dado la historia de nuestro deporte. Luifa fue un talento especial desde que empezó a jugar en el club Ciudad de Buenos Aires a los 7 años. Pero también siempre tuvo una cabeza diferente, con niveles demasiado altos de exigencia, profesionalismo, pasión y ambición que le permitieron estirar su carrera más de lo la mayoría podía imaginar.
Luifa regresó de China donde jugaba y siguió trabajando para estar a la altura de sus compañeros de la Selección que estaban en competencia. Todo esto, previo a la Copa del Mundo.
Para entrenar en su campo de Castelli contrató a Marcelo López, preparador físico, y a Mariano Sánchez, hijo del mítico Huevo, uno de los mejores directores técnicos de la historia de la Liga Nacional, un apasionado que enseñó a Manu Ginóbili a picar la pelota con un año y pico en su casa de Bahía Blanca y es quien dirige hoy el campus de formación más importante del país. Marianito heredó la pasión de papá por capacitarse y enseñar. Es uno de los más respetados coaches de técnica y habilidades en Latinoamérica.
Luis Scola, uno de los más importantes de la historia de la Selección Argentina, no solo por lo que hace en la cancha sino sobre todo por lo que hace fuera de ella.
Sánchez se apareció en Castelli con una carpeta con todas las posibilidades para que Luis mejorara su juego. Fue tal el nivel de detalle y variantes que Scola quedó impactado, algo nada sencillo. Mariano es tan directo como su padre y no se intimidó con el aura que irradia el jugador más importante en la historia del seleccionado nacional. "Le di mi punto de vista, sin miedos. Yo vi mucho sus videos y le dije que podía mejorar muchas cosas, técnicas, tácticas y físicas. Por ejemplo, su agilidad y velocidad, los movimientos, para chocar menos y perder menos pelotas", resalta. Y así arrancaron. "De entrada me dejó ser yo. Quería ver mi método y, con el correr de los días, me fue dando opiniones, los driles y ejercicios que ya sabía, con mucho respeto pero siempre pidiendo más", explica Sánchez.
La rutina diaria consistía en un entrenamiento bien largo, desde el mediodía hasta las 15. Tres horas súper intensas. Como siempre en la vida de Luifa, todo tiene una explicación. Scola no desayuna. El método que abrazó va contra el mito de que hay que comer antes de entrenar bien. Lo suyo consiste en practicar fuerte en ayunas y hacer un almuerzo tardío (15.30). Luego, durante ocho más, puede comer y ahí ya nada más sólido. Son 16 horas de ayuno y ocho de ingesta de sólidos. López asegura que no se pasa hambre. "Las primeras dos semanas, hasta que tu cuerpo se acostumbra", aclara. Tener los intestinos limpios mantiene alerta el sistema inmune y eso ayuda a prevenir lesiones. Por eso se come pocas veces…