Nacional12/09/2019

Congreso: La Emergencia Alimentaria tendría los votos necesarios en Diputados

El proyecto ya contaría con los votos de Diputados y el aval anticipado del Senado. La emergencia alimentaria se busca activar hasta fines de 2022.

El proyecto que busca declarar la emergencia alimentaria en el país hasta fines del 2022 ya tiene los votos en Diputados y un guiño del Senado, tras el acuerdo de las últimas horas entre el presidente de la Cámara baja y peronista con témpera -ahora acuarela- PRO, Emilio Monzó; el jefe del kirchnerismo, Agustín Rossi; y el líder del interbloque Cambiemos, Mario Negri.

El proyecto “unificado” plantea que se prorrogue hasta el 31 de diciembre de 2022 la emergencia alimentaria nacional y disponer un “incremento de emergencia como mínimo del 50% de las partidas presupuestarias vigentes del corriente año correspondientes a políticas públicas nacionales de alimentación y nutrición”. El plumeo del texto quedó en manos del Movimiento Evita.

Además, se dispone un “incremento de emergencia como mínimo del 50% de las partidas presupuestarias vigentes del corriente año correspondientes a políticas públicas nacionales de alimentación y nutrición”.

Según asevera el sitio Ámbito.com, el cristinismo y el PJ -que responde a Alberto Fernández- en el Senado confirmaron que aceptarán “rápido” lo que aterrice desde Diputados. Sin embargo, en el justicialismo están molestos con la “pésima estrategia” que adoptaron sectores de la oposición con respecto a este tema.

Es que hay coincidencia entre el oficialismo y bancadas antimacristas por el “apriete” piquetero, representado en gran parte por el Movimiento Evita y la terminal papal de los “movimientos sociales”, Juan Grabois.

Detrás del enojo en oficialistas, peronistas y algunos kirchneristas de Diputados y del Senado aparece la puja de poder y fondos que los piqueteros quieren marcar, tal como contó Ámbito. El mazazo fiscal que involucra la jugada deberá ser solventado, en gran medida, por el ticket que venza en las próximas elecciones presidenciales, es decir, una gestión que estará atragantada por el poco margen que habrá para rifar partidas.