Política30/09/2019

El acto con Alberto, dejó en el espacio K más preocupaciones que certezas…

Buena parte de los que asistieron al acto político en el Delmi la tarde-noche del sábado después de haber escuchado al candidato presidencial Alberto Fernández, se retiraron con una pregunta girando en su cabeza: ¿Apoyarán los isistas a los osistas si estos finalmente ganan las PASO dentro del Frente de Todos y viceversa?

Después de haber sido testigos y algunos de ellos protagonistas directos de las serias disputas que se evidenciaron entre Sergio “Oso” Leavy y Miguel Ángel Isa, la duda se instaló en la mayoría de ellos que ahora, a escasos 6 días de las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias provinciales y municipales, ya están mirando y pensando que decisión electoral tomarán cuando lleguen los comicios generales del 10 de Noviembre venidero.


Las diferencias que siempre existieron entre ambos sectores políticos, el sábado mostraron su rostro descarnado.



Sólo algunos improvisados  “operadores” políticos interesados en tapar el sol con una mano, negaban hasta el sábado que hubiera serios problemas entre ambos.

“No pasa nada. Todo está bien. Todos somos peronistas, cristinistas, y queremos sacar a Macri (Mauricio) del gobierno nacional”, decían arriba de la mesa, mientras por abajo se mataban a patadas en los tobillos y las canillas.

Finalmente, la frustrada llegada de la expresidenta los obligó a salir del clóset y mostrar en verdad que entre ellos, las cosas no están bien. Nada bien.

Los “osistas” nunca tuvieron en cuenta a Isa, de quién dijeron que ya estaba acabado.

“Miguel (Isa) fue (en pasado) un gran dirigente peronista pero ya pasó. Ahora es tiempo del ‘Oso’ (Sergio Leavy) por eso Miguel debería dejar de joder y dedicarse a cuidar a los nietos y cafetear con amigos contando sus muchas anécdotas que en verdad son un placer escucharlas”, decía un kirchnerista de paladar negro vernáculo, que milita en el Partido de la Victoria y se declara un “soldado incondicional” de Leavy.

Por eso, a la hora de definir tiempo atrás el tema de las precandidaturas a gobernador dentro del frente, rápidamente dijeron que la única sería la del hombre de Tartagal dejando mal parado, por ejemplo, a Javier David, que por entonces también decía que sería de la partida para la gobernación igual que Isa, quién al final tuvo que apelar a la Justicia para que lo dejen “sopar” y ser precandidato.


Desde entonces, el “ninguneo” hacia el vicegobernador fue de menor a mayor hasta que sucedió el acto en el Delmi.



Isa, un viejo “lobo de mar” de la política y conocedor de cuáles son los lugares del cuerpo en donde hay que dar un golpe para que los efectos sean dolorosos o devastadores, supo de entrada que había que hacer para arruinarle la fiesta a su “enemigo íntimo”.

Lo primero, era alejar a Juan Manuel Urtubey de la provincia para quedar a cargo del Ejecutivo Provincial y recibir de manera protocolar a Cristina para así tener la foto junto a ella, que por estas horas cotiza en dólares.

Con eso, más unos cuantos pasacalles y estandartes en el Delmi y varios dirigentes, militantes y seguidores que aullaran su nombre pidiendo que lo suban al escenario, sería suficiente para “amargar” a Leavy y marcar su presencia, y no se equivocó.



Finalmente no recibió a Cristina, pero si a Alberto Fernández apenas bajó del avión. Ya en el acto en si, su gente paseó por todo el lugar, adentro y afuera, carteles con su nombre mientras entusiastas militantes, con potentes cánticos, interrumpieron varias veces la ceremonia pidiendo que Miguel sea invitado a subir a la tarima, cosa que no ocurrió.

No obstante eso, el efecto buscado, dio resultado.

Alberto, rápido de reflejos viendo y sintiendo la tensión existente, se estrechó en un fuerte y largo apretón de manos con el gobernador interino.



“Ya está. Eso queríamos y lo conseguimos. Sabíamos que nunca lo invitarían a subir al palco porque les copaba el acto, pero no importa porque Miguel ya mostró, en su cara (la de Alberto), que no está muerto ni mucho menos y está en condiciones de ganarle al ‘dedeado’ por ellos porque los votos de los salteños los tiene él», dejó a manera de reflexión un entusiasmado dirigente de base que sigue a Isa desde hace años.

De todas formas y más allá de los intentos por disimular la “grieta” que hicieron ambos grupos, quedó en claro que cuando se conozca el resultado de las PASO del próximo domingo, el que gane seguirá viaje pero el que pierda no solamente no apoyará al otro sino que se irá a la vereda de enfrente.



Este dato de la realidad, lleva suspenso genuino al escenario político local ante la inminencia del acto electoral propiamente dicho por lo siguiente:

¿Si Leavy le gana a Isa en las PASO, adónde irán los votos de éste último en la general?

¿A Leavy?…

Una parte seguramente que sí pero otra decididamente no lo va a acompañar y entonces ¿a quién apoyarán sus seguidores?

Sería “casi natural” que a Gustavo Sáenz pero ante ese teórico escenario, muy confuso por cierto, Alfredo Olmedo también esperará con sus “ambulancias amarillas» listas para recoger a muchos heridos, los que subirían a ellas sin complejos.

Si es al revés y el que gana “la interna” es el actual vicegobernador y el que queda “colgado de la brocha” es Leavy, ¿adónde irán sus sufragios en la general?

La mayoría con Isa por su rechazo a Sáenz y su odio a Olmedo, pero en esto nadie puede asegurar nada hasta que no se conozcan los resultados de las computadoras de voto electrónico primero y cuando los troqueles salgan de las urnas y se cuenten de forma manual después.

 


Cuando falta apenas una semana para que se vote, el acto con Alberto y sin Cristina, puso a la vista de todos que el kirchnerismo en Salta cayó en la “grieta” y no se sabe cómo podrán salir enteros de ella.



Mientras tanto, Antonio “Gringo” Marocco, compañero de fórmula de Sáenz y el amigo personal y político en quien el candidato presidencial del Frente de Todos más confía, suma voluntades de expresiones no peronistas, a la vez que recorre el interior provincial junto a su equipo sin demasiadas estridencias pero con claros conceptos y teje, como siempre lo hizo, alianzas políticas claves que van más allá de las identidades partidarias y arrima adhesiones importantes para el frente que lidera Sáenz.

El kirchnerismo salteño, después del paso de Alberto Fernández por Salta y más allá de lo que digan algunos de sus dirigentes, ha quedado preocupado ante la fisura que evidenció de manera pública, por lo que deberá remendar, en pocas horas, un tejido sensiblemente dañado.

Habrá que ver si lo hace y si lo logra.

Cómo epílogo, hay que decir que las pocas encuestas conocidas hasta ahora, hacen “un gran aporte a la confusión general” por lo que en verdad son pocos los frentes que las consideran confiables, por lo que los precandidatos intentarán en el tiempo que les queda, buscar la forma de hacerse visibles para que el electorado, ajeno a estas cuestiones de la política, sepan por lo menos que ellos andan en estos menesteres de llegar a un cargo para, dicen, representarlos y cuidar sus intereses desde los cargos ejecutivos y legislativos provinciales.

Por cierto, aunque corta, no tendrán una labor sencilla por delante.

Por Daniel Salmoral