Así hubiese sido la Boleta Única en Papel en las PASO en Salta

La última sesión de la Cámara de Diputados en Salta, pretendió impulsar una reforma electoral para cambiar el sistema de Boleta Única Electrónica por el de la Boleta Única Papel que se utiliza en la provincia de Santa Fe, sin embargo, el proyecto volvió a Comisión luego de un largo debate. 

Este último sistema electoral, está compuesto por una boleta única por cada categoría (gobernador, intendente, diputado provincial, senador, concejal). En el caso de Santa Fe cada categoría tiene una boleta propia con un color distinto: la de gobernador es verde; la de diputados provinciales, naranja; la de senador provincial, celeste; la de intendente, roja, y la de concejal, amarilla.

 Los espacios en cada boleta única deben distribuirse homogéneamente entre las distintas listas de candidatos oficializadas de acuerdo a las figuras o símbolos que los identifican. Las letras que se impriman para identificar a los partidos, agrupaciones, federaciones y alianzas deben guardar características idénticas en cuanto a su tamaño y forma.

Al entregarse una boleta única para cada categoría, en las PASO del 6 de octubre en Salta capital se hubiesen entregado 4: una para gobernador, otra para diputados, otra para intendente y una última para concejales.

Ante la propuesta de ciertos Diputados salteños, InformateSalta tomando el modelo de boleta única de Santa Fe en la categoría de Diputados, simuló cómo hubiera sido ésta para las elecciones PASO Salta 2019.

Debido a la gran cantidad de precandidatos en Capital en la categoría Diputados, con 44 listas, la boleta habría medido más de 43 cm de ancho, por 30 cm de alto. En la misma se hubiesen podido observar las 44 Listas, con el logo que las identifica, el nombre de la fuerza, y la cara de cada candidato cabeza de lista en una foto de 1,5 cm x 1,5 cm. Se incluyen además en texto, los nombres de los tres primeros candidatos de la categoría.

En tanto en la categoría Concejales con 91 listas en Salta capital, la boleta habría medido unos 64 de ancho por 30 cm de alto. Cabe destacar que las boletas deben presentar a todos los candidatos juntos, y no hojas separadas.

Otra de las características del sistema santafecino es que debe haber una urna por cada categoría para depositar luego cada boleta, ya que no se introducen en un sobre. 

Para realizar la selección, cada votante debe marcar (con un tilde) la opción de preferencia en cada una de las boletas, las pliega y después la coloca de esa manera –sin sobres– en las urnas, que obviamente estarán fuera del cuarto oscuro. La marca se hace con una fibra indeleble que entregan las autoridades de mesa, para evitar identificar el voto de cada votante en base al bolígrafo utilizado.

¿Y si se equivoca? Debe salir, y pedir que le den de nuevo todas las boletas únicas, ya que no se entrega una a pesar de que el error pueda haber ocurrido en una categoría.

Para hacer el tilde, a cada opción electoral le corresponde un casillero, donde se debe hacer una sola marca para que el voto sea válido. Si la boleta tiene dos marcas o ninguna, el voto se anula.

Desventajas

Como se puede ver, no es nada sencillo el procedimiento y ante un error se debe comenzar todo de nuevo, ya que cada boleta lleva un número identificatorio único para su control.

Además, las fotos de los candidatos son mucho más pequeñas que las que exhibe la pantalla electrónica en Salta, y también, muestra únicamente al primero de cada lista. La tipografía es muy pequeña, difícil para gente con problemas de visión.

Ahora, imaginemos que se aplica este sistema, cada votante ingresa con 4 boletas, cada una con la totalidad de los nombres de los candidatos, y una fibra. Hay que esperar que mire y recorra cada boleta única hasta que identifique al de su preferencia, haga el tilde, doble cada una por aparte, salga e introduzca en la urna correspondiente la boleta de cada categoría. En cada mesa habrán 4 urnas. ¿Reduce el tiempo?

Quizás los diputados salteños deberían mirar más cómo funciona ese sistema, antes de promocionarlo como la octava maravilla de la democracia.