Crisis en latinoamérica: "Venezuela y Cuba no tienen capacidad real de influir en la región"
"Pensar que Maduro tiene la capacidad de desestabilizar varios países cuando ni es capaz de gobernar el suyo, no se condice con los hechos", dice para descartar las denuncias de injerencia venezolana en Chile y Ecuador. El análisis de Dan Restrepo, experto de la Casa Blanca.
Dan Restrepo es una de las figuras latinas que más lejos llegó en la Casa Blanca. Hijo de padre colombiano y madre española, fue asesor especial de Barack Obama en los temas de Latinoamérica y director para el Hemisferio Occidental del Consejo Nacional de Seguridad.
Abogado de la Universidad de Virginia, fue estratega de las dos campañas presidenciales de Obama en los asuntos relacionados a América Latina, a los que se dedica desde la década del 90.
Desde Washington se zambulle con pasión a analizar los conflictos de la región. "Pensar que Maduro tiene la capacidad de desestabilizar varios países cuando ni es capaz de gobernar el suyo, no se condice con los hechos", dice para descartar las denuncias de injerencia venezolana en Chile y Ecuador.
Usted dice en una columna en CNN que no cree que Cuba o Venezuela estén detrás de los conflictos en la región y que se trata de problemas propios de la democracia, como la inequidad.
Creo que es importante mirar objetivamente cada conflicto. Ver cada circunstancia que está ocurriendo y tratar de entender lo que está ocurriendo, cuáles son los factores que los han traído a la coyuntura y qué se debe o puede hacer para aliviar las dinámicas que los han llevado a este punto. Si miras objetivamente lo que está ocurriendo en Chile, es muy difícil pensar que es resultado de factores más allá de las fronteras y de las dinámicas que están en marcha en ese país, y que las han estado más o menos en la última década. Esta es una expresión de varias de descontento. Pero no el descontento que vimos en Ecuador, son distintos. Las situaciones y la composición de cada país son distintas. Por eso creo que es importante entenderlo en sus términos y si vamos a buscar analogías creo que tiene más que ver con los chalecos amarillos en Francia que lo que ocurre en Ecuador.
¿En lo de Ecuador sí ve que pueda existir injerencia externa?
En Ecuador hay un factor externo entre comillas, que es el ex presidente Correa que está en el exterior. Lo que hubo fue un descontento en las comunidades indígenas. De nuevo, algo que no es novedoso, es algo que ha ocurrido en muchas ocasiones con una capacidad de movilización de esas comunidades que se ha visto muchas veces en las últimas décadas, con consecuencias políticas bastante profundas. Eso fue más reacción a la austeridad y a las medidas económicas. Correa trató de aprovecharse de ese momento para tratar de impulsar su propósito político, que fue un factor adicional pero lo tenemos que entender como un factor ecuatoriano. Es un factor externo pero "externo interno".
Hay que ver cada circunstancia que está ocurriendo y tratar de entender lo que está ocurriendo, cuáles son los factores que los han traído a la coyuntura y qué se debe hacer para aliviar las dinámicas que los han llevado a este punto.
Usted dice que no hay que convertir en "gigantes" a Maduro y a los líderes cubanos. ¿Cree que tienen capacidad real de influir en la región -como dice por ejemplo el gobierno argentino- con los problemas internos que tienen?
Parte de la razón de no tratarlos como gigantes es precisamente esa. Y en particular en el caso de Maduro, que tiene un régimen ilegítimo y está tratando de gobernar un país raído. Entonces pensar que Maduro tiene la capacidad de desestabilizar varios países cuando ni es capaz de gobernar el suyo creo que no se condice con los hechos.
Los cubanos son un poco distintos. Tampoco son gigantes, también tienen un sistema fracasado. Ellos sí han tenido la capacidad y la intención, a lo largo de la historia de la Revolución Cubana, de exportar esa revolución. Cuando tenían más recursos lo hicieron, hay ejemplos históricos obvios. La capacidad de hacer eso hoy es muchísimo menor que en sus "mejores" momentos. Los cubanos tienen una crisis profunda en casa, tienen un sistema que cada día funciona peor. Si están tratando de influir en otro país en la región, y creo que lo están, es en Venezuela, pero para mantenerse en Cuba. O sea que sí los cubanos están influyendo en dinámicas internas de otros países en Latinoamérica, pero ese país es Venezuela.
Quizás no es por falta de voluntad o de deseo, es falta de capacidad real. No hay indicación objetiva de que estén metidos en todo lo que pasa en la región.
Volviendo al caso chileno, ¿qué opinión tiene sobre la reacción del gobierno de Piñera ante los reclamos de la ciudadanía?
Las primeras reacciones ya han dado marcha atrás. La primera fue ignorar las protestas, la segunda fue declarar que estaban en guerra. Ambas fueron un error. En la tercera acertaron, que fue tratar de abrir un diálogo. Va a ser complicado por varias razones. El problema en Chile en lo económico es una frustración de un segmento de la población que se ve a las puertas de una mejora de vida y no logran pasar a ello, en un país que ha avanzado mucho en las últimas décadas. Pero también hay un problema de interlocución política, no se ha renovado la política chilena en una generación o más. El ritmo de Bachelet-Piñera-Bachelet-Piñera cerró las puertas a una generación política. Se tienen que abrir espacios para nuevas voces para que gente más joven se sienta parte de los procesos políticos y sociales. Ahí también se ve una frustración y ya se ha visto anteriormente. Las movilizaciones estudiantiles también fueron una expresión de eso. Además de los temas puntuales de ese momento, el reclamo era que el proceso político era -por razones estructurales y coyunturales- un sistema bastante cerrado que no abrió las puertas a una nueva generación, que fue la que restableció la democracia en ese país.
Yendo a otro de los conflictos en la región, ¿cómo analiza lo que está sucediendo en Bolivia?
Es un atentado de Evo Morales para mantenerse en el poder. Morales tenía capacidad de pasar a la historia como un presidente importante, como una expresión de la nueva democracia en Bolivia, pero decidió mantenerse en el poder. Y le dio la espalda a eso de manera bastante cruda. En dos oportunidades se opuso a la voluntad popular, primero al ignorar el resultado del referéndum sobre la reelección y ahora con lo que parece ser una trampa para evitar una segunda vuelta en la que no le hubiera ido bien. Para el legado de Evo, es una decisión desastrosa. Y para Bolivia abre las puertas a un conflicto social más grande, completamente innecesario.
Si se concreta la derrota de Macri en Argentina, ¿cree que puede configurarse un nuevo polo de poder en la región, encabezado por López Obrador y Alberto Fernández?
Obviamente sería un cambio de rumbo ideológico para Argentina, aunque los desafíos económicos que espera el próximo presidente van a ser complicados. Pero también hay una falta de sincronía en los movimientos políticos de la región. Quizás sí México y Argentina cambiaron de rumbo, pero Brasil fue en la otra dirección, Chile y Colombia y también. Y esto subraya lo que decía cuando empecé: es importante entender lo que pasa en cada país en sus términos y cómo se expresan políticamente es quizás reaccionando a dinámicas parecidas pero con reacciones distintas.