Es no vidente, aprendió a jugar béisbol en Estados Unidos y quiere traerlo al país
A los 14 años, a Mariano Reynoso le detectaron un tumor cerebeloso que le quitó casi por completo la vista. Fanático del béisbol, fue hasta Texas a aprender el deporte adaptado para no videntes. Ahora quiere traer la disciplina a Argentina.
En 1988, Mariano Reynoso quedó ciego. Era un chico de 14 años que amaba los deportes: jugaba al fútbol, al béisbol y al squash. Cuando perdió la vista producto de la presión que le ejercía un tumor cerebeloso en la cabeza, abandonó todo. "No sabía que podía jugar, que había mucho que puede hacer la gente que no ve", cuenta Reynoso, de paso por Buenos Aires, a TN.com.ar
Hasta aquí, llegó desde Austin, Texas, para dar unas charlas sobre el Beepball -béisbol adaptado para personas no videntes- que él practica desde hace 19 años. Hace 25, por esas cosas que tiene el destino, se cruzó en un colectivo con un jugador de Beep Baseball que lo invitó a participar a un partido y le cambió la vida.
Reynoso destaca lo azaroso de cruzarse con ese hombre, que también era ciego, en una universidad de 50 mil personas. "Fue a principio de 2002, yo estaba estudiando para contador cuando en un colectivo escuchó la pregunta: '¿Jugás al béisbol?'", cuenta.
Mariano recuerda que en ese momento pensó: ¿Qué le pasa a este tipo, no se da cuenta de que no veo?. Pero aclara que respondió educadamente: No, no juego, soy ciego y el hombre le dijo que él también lo era, y que de todos modos jugaba.
En Estados Unidos, conoció a la que hoy es su mujer desde hace más de dos décadas. "Me enamoré mientras estudiaba inglés y volví al país para convencer a mis padres de que me dejaran regresar. Finalmente, aceptaron, me casé y tuve una hija, Francis. Mi vida cambió por completo y, desde abril de 2001, además juego en el equipo Black Hawks, en la Liga de Beepball en Texas".
Reynoso dedica su vida a organizar viajes de Beepball para instalarlo como deporte en otras partes del mundo. Cuando está en Estados Unidos, trabaja como contador. "Tengo la suerte de tener mi trabajo y poder hacer lo que me gusta. Sueño con traer el Beep Baseball a la Argentina y que este deporte entre en los Juegos Paralímpicos. Para eso, es necesario que el deporte se practique en más países".