Justicia30/12/2019

Abusos en la Escuela de Ballet: otras bailarinas también acusaron a Quiroz

“Nos agarraba de lugares que nos hacía poner incómodas”, dijeron algunas de las alumnas, quienes dejaron al docente más comprometido en la causa penal por la que ahora deberá enfrentar un juicio por el delito de abuso sexual simple.

Imagen ilustrativa

Tras el abuso sexual denunciando los padres de la menor de 14 años, la situación del profesor Carlos Quiroz se tornó bastante comprometida, pues surgieron testimonios que no sólo ayudaron a recrear el momento del hecho, sino también evidenciaron una conducta impropia del mismo en el manejo con las alumnas.

“Era incómodo, y entre nosotras (mis 5 compañeras) todas opinaban lo mismo”, dijo una de las estudiantes al referirse al docente y el desempeño que el mismo tenía con las chicas en las clases de preparación física. Las jóvenes reconocieron que “al principio no decíamos que era incómodo porque pensábamos que era sin querer, pero luego de que paso esto, cuando todas hablamos, nos dimos cuenta que no era la manera correcta de corregir las posturas”.

Al respecto, una de ellas contó que “una vez yo estaba acostada para realizar ejercicio, él se acercó y me puso la mano acá (se toca entre el pecho y la costilla) porque me dijo que tenía que pegar la espalda. Otra vez, cuando estábamos en un examen teníamos dos sillas colocadas a los costados y teníamos que abrirnos de costado, no de frente y él siempre para que podamos llegar a la postura nos levantaba colocándose por adelante y poniendo sus brazos  por debajo de las axilas y con sus manos en la espalda y de ahí nos levantaba. Y para desarmar la postura nos hacía para adelante para que cada una baje las piernas para que salgamos, pero yo sentía que era muy incómodo porque mi cara quedaba cerca de la pelvis de él y no consideraba que era necesario.”


“Cada vez que nos teníamos que levantar de las sillas, nos tomaba del pecho y nos levantaba agarrando con sus dos manos, desde atrás, o sea pasaba sus brazos por debajo de las axilas y nos tocaba los pechos para levantarnos”.



Más testimonios comprometedores

Otras estudiante, en tanto, sostuvo que “el profesor nos agarraba de lugares que nos hacía poner incómodas. Para un examen de preparación física y flexibilidad te hacen abrir de piernas en dos sillas donde la profesora Lorena te toma con una cintita cuantos centímetros hay desde el pubis hasta el suelo, porque la idea es que llegue a 0 y no haya distancia”.

Explicó que fueron cinco alumnas las que pasaron por ese examen. “Cada vez que nos teníamos que levantar de las sillas, Carlos Quiroz nos tomaba del pecho y nos levantaba de ahí agarrando con sus dos manos, desde atrás, o sea pasaba sus brazos por debajo de las axilas y nos tocaba los pechos para levantarnos”.

“Nosotras nos mirábamos porque sabíamos que no era común. En otra ocasión, me pasó que yo estaba muy contracturada de la espalda y no había forma de poder estirarme. Le pregunté a Quiroz como podía hacer y me dijo que me ponga de rodilla con frente al piso, brazos estirados hacia adelante y glúteos apoyados en los talones y en ese momento, él, con una mano izquierda me apoyo en la parte de arriba de mi espalda, y con la otra mano, con el dedo mayor me agarró el coxis, mucho más abajo y como que presionó para abajo para estirar”, relató. Y agregó: “Yo sentí que su dedo lo apoyó en la raya de mi cola, y en ese momento solo estaba mi amiga y recuerdo que yo le dije a ella si había visto eso y me dijo que sí”.

Otra menor, en tanto, indicó que “el profesor, como que se acercaba mucho, nos saludaba con un beso en el cachete medio cargoso y cuando nos corregía por ahí nos tocaba por ejemplo el cachete de la cola”. Estos testimonios se sumaron a otros pericias y pruebas, las que fueron presentadas por el fiscal Miralpeix como fundamentos para llevar a Quiroz a juicio, lo que se espera suceda en los primeros meses del próximo año.