Espectáculos09/01/2020

Kate Middleton cumple 38 años eclipsada por la renuncia de Harry y Meghan Markle a la familia real

La duquesa de Cambridge es una de las figuras más importantes de la corona británica. ¿Cómo es su relación con los duques de Sussex?

El secreto de la televisión como arma de relaciones públicas no está en llegar al mayor número de espectadores, sino en acertar con el tipo de audiencia. Kate Middleton, la duquesa de Cambridge y esposa del príncipe William, cumple este jueves 38 años. Los celebrará en el mejor de sus momentos, con un consenso generalizado de que encontró su papel en este mundo, pero en una delicada situación para la familia real debido al reciente anuncio de sus cuñados, Harry y Meghan Markle, de "dar un paso atrás como miembros de la Familia Real" para forjar un nuevo papel en el que serán financieramente independientes.

Pese a situarse los duques de Sussex de nuevo en la mira de todos los británicos, incluida la reina Isabel II, estos no quisieron perder la oportunidad de felicitar a Kate Middleton a través de las redes sociales.

El matrimonio de William y Kate cerró 2019 con su participación en un programa especial navideño de la BBC: A Berry Royal Christmas. La idolatrada cocinera británica, Mary Berry, acompañó a la pareja en algunas de sus múltiples actividades filantrópicas, cocinó junto a ellos para un grupo seleccionado de voluntarios de esas organizaciones caritativas y conversó mano a mano con ambos en un ambiente de impostada intimidad sobre que el príncipe William no se maneja mal a la hora de preparar el desayuno familiar y que, en los tiempos universitarios de St. Andrews, en Escocia, intentó impresionar a su futura esposa con una salsa boloñesa aceptable.

Hubo un tiempo en que Kate se convirtió en la burla de la prensa sensacionalista británica. En los años previos a convertirse en la duquesa de Cambridge la llegaron a llamar “Waity Katie”, (Kate, a la espera) por el tiempo que tardó su novio universitario en proponerle matrimonio. Se referían a ella como una commoner (plebeya), y cuestionaban sus nervios en público, su voz estridente y su aburrido vestuario.

Años de excentricidad y exotismo en los que el modelo era Lady Di habían creado una generación de monárquicos de tabloide escandaloso y lágrima fácil en los que un carácter conservador, convencional y anodino no cotizaba. Paradójico, si se tiene en cuenta que eran precisamente esas virtudes las que aseguraban que la reina Isabel II no perdiera ni un ápice de estima entre sus súbditos.