Coronavirus en Salta: Geriátricos y hogares “blindados” para evitar contagios
Así lo aseguró el director general de Adultos Mayores, doctor Jorge O’ Brien, quien indicó que solo entra y sale el personal bajo un estricto protocolo. La provincia no registró ningún caso sospechoso en este tipo de residencias.
A partir de la experiencia de otras provincias donde el coronavirus afectó seriamente a adultos mayores de geriátricos y hogares, Salta intensificó las medidas para evitar que el virus se propague en este tipo de residencias y ordenó hacer testeos a los residentes y a quienes los cuidan. Están “blindados”, no entra ni sale nadie, excepto el personal.
Al respecto, el doctor Jorge O'Brien, Director General de Adultos Mayores, aseguró que se reforzó la seguridad higiene en establecimientos públicos y privados, se controla el calendario de vacunación y se incorporaron nuevas medidas al protocolo ya establecido.
“Agregamos copias de las historias clínicas de cada uno de los residentes, deben ser entregadas al SAMEC para que los médicos sepan cual es la medicación indicada, cual es la contraindicada, cual es el estado general de los residentes. También llevarán una credencial con su foto, el nombre y las vías de contacto al hogar al cual pertenecen para que las autoridades médicas puedan saber a dónde dirigirse”, dijo.
En este sentido, indicó que se establecieron capas de control de dichas medidas. “Los dueños de establecimientos son solidariamente responsables con los directores médicos en los casos de los geriátricos, también son responsables los jefes de hogares. Arriba de ellos hay una fiscalización que debe ejercer los municipios. Desde el Ministerio de Salud Pública habrá una supervisión general a los municipios para que ellos hagan efectivamente la fiscalización sobre los hogares”, indicó.
Son alrededor de 700 las personas, edad promedio entre los 82 y 85 años, que viven en los 4 hogares públicos (ubicados en Tartagal, Orán, Chicoana y Capital), los 16 geriátricos habilitados y las 6 ONG´s que albergan y contienen personas mayores. En ninguno de ellos, hubo casos sospechosos de COVID-19.
“Cuando hablamos de geriátricos hablamos de prestación de servicios médicos, normalmente con fines de lucro; cuando hablamos de hogares, hablamos de contención social de personas que carecen de alimentos, de alojamiento, de familia y de dinero”, aclaró.
Asimismo, por esta especie de blindaje, O’ Brien subrayó que los proveedores ingresan por otro lado sin tener ningún contacto con los adultos mayores. El personal, en tanto, tiene que seguir una serie de estrictos pasos hasta llegar a ellos.
“Al ingreso del personal, de un turno lo está esperando el turno saliente y el enfermero del turno saliente, toma los signos de temperatura para establecer si existe sintomatología. Una vez que ingresan, que lo hacen por un costado, ponen los pies sobre un felpudo con agua y lavandina, usan cofias para el cabello, mascarillas, tapabocas, camisolines y máscaras de plásticos, hacen el proceso del lavado de manos y cuando se encuentran en condiciones, se dirigen hacia el lugar común en donde empiezan a tener contacto con las personas mayores”, aseveró.