Gobierno15/05/2020

Aseguran que el Gobierno y los bonistas se acercan a un acuerdo

El acuerdo con los bonistas por la reestructuración de la deuda está más cerca de cerrarse luego de que los acreedores privados acercaran su propuesta al Gobierno. Las diferencias son mínimas y hay optimismo entre los acreedores.

El acuerdo con los bonistas por la reestructuración de la deuda está más cerca de cerrarse luego de que los acreedores privados acercaran su propuesta al Gobierno. 

Si se cerrara el acuerdo de la deuda sería el 25 de mayo, fecha patria y de importante significado en la historia del oficialismo, ya que ese día, hace 17 años, Néstor Kirchner asumía la presidencia.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, brindará algunas señales de cómo avanza la negociación cuando hable en forma virtual ante el Council on Foreign Relations. Es posible que el funcionario tenga un discurso menos combativo que el que desarrolló la semana pasada en el seminario virtual de la Universidad de Columbia, cuando todavía el canje no había fracasado.

Según indica Infobae, los bonistas se mostraron optimistas y señalaron que “se está cerrando un acuerdo”, aunque no quisieron brindar precisiones de los nuevos términos de la oferta ni de los plazos del acuerdo.

La contraoferta debe ser manejada con absoluta confidencialidad por el Gobierno luego de que el Ministerio de Economía filtrara la semana pasada la propuesta preliminar de BlackRock, el principal fondo inversor de Wall Street. 

Además, este es el momento de negociación entre los diferentes grupos de acreedores -los que tienen bonos 2005 y 2010 y los que tienen títulos del 2010- para compatibilizar una sola oferta, tal como lo reclamaran el presidente Alberto Fernández y el ministro. Los primeros ya reclamaron no sufrir una doble quita.

El punto más relevante en el que el Gobierno debe ceder es en el no pago de intereses durante 3 años. Al menos, debe otorgarles un cupón por estos intereses devengados y, de máxima, algún pago en efectivo.

El acuerdo de extensión de plazos (standstill), es difícil de acordar en poco tiempo, pero aparece como la mejor solución para negociar “con un paraguas”, es decir, sin amenazas de juicios, durante algunos meses.

Hay dos discusiones centrales: cómo se compatibiliza la propuesta para los bonistas que ya sufrieron una quita en 2005 y 2010 con la de los que tienen bonos del 2016; y cuáles serán las concesiones finales que hará el Gobierno, más allá de su discurso de barricada, para no mostrar un acuerdo como si fuera una derrota política.