Sin Vueltas04/10/2020

Experiencias de recuperados: Relatos de salteños que superaron al Covid-19

Sin Vueltas de InformateSalta recolectó el testimonio de tres recuperados que cuentan las particularidades con las que atravesaron la enfermedad: desde el test positivo, a la recuperación y posible donación de plasma.

Desde los síntomas previos, pasando por el test positivo, la evolución y la recuperación: atravesar el temido virus que desató la pandemia es una vivencia que cada paciente relata de manera distinta. Puntos en común, particularidades.

Es así como en el Ciclo de Charlas, del programa televisivo Sin Vueltas, de InformateSalta recogió el testimonio de tres recuperados de COVID-19 . 

Sofía, Lourdes y Gastón de entre 24 y 35 años fueron consultados por su experiencia personal al atravesar todas las etapas del virus.

Primeros síntomas 

En los tres casos coinciden en que, al principio, transitaban un estado de incredulidad. Ninguno se imaginaba que los síntomas que tenían pertenecían a una patología mayor a una gripe común. En el caso particular de Sofía, cuenta: “yo creía que se trataba de una gripe fuerte ya que suelo enfermarme bastante seguido a causa de mis bajas defensas”, explica al entrevistador. Además agregó: 


“Estuve 4 ó 5 días afiebrada y con dolor de cuerpo, sólo quería dormir. Perdí el olfato y el gusto, lo que me hizo dudar si realmente se trataba de una gripe convencional. ”


A pesar de estar en tratamiento con el medicamento que siempre le recetan para estos casos, Sofía no sentía mejoría alguna, con lo cual decidió recurrir a la guardia al sexto día de convivir con los síntomas antes mencionados.

Gastón, por su parte, cuenta que él no tuvo dolor de cabeza ni fiebre: “Fue una gripe más, muy leve. Sentía picazón en la garganta y tos. Al otro día, amanecí con dolor en la zona baja de la espalda y al tercer día no podía percibir sabores ni olores, característica que permaneció durante una semana. En ese momento recién me preocupé y caí en cuenta de que tal vez no se trataba de una gripe común”, recuerda.




En tanto Lourdes nos cuenta que ella ya había sido aislada por tener un contacto estrecho. “Nunca pensé que iba a tener el virus. Tenía síntomas muy leves por lo cual no le di mayor importancia. Una semana después mi mamá, que convive conmigo, se levantó con mucha fiebre, dolor de cuerpo y de garganta; así que decidimos ir juntas a la guardia.”

Testeo y diagnóstico: el temido positivo

Luego de convencerse de que tal vez no se trataba de una patología antes padecida, en cada uno de los casos se acudió a recibir la opinión médica y los correspondientes estudios. 

“Fuimos a hacernos atender con mi marido, que también tenía síntomas muy similares a los míos. En la guardia, nos dijeron que era muy probable que hayamos contraído Coronavirus y tras los resultados del hisopado que nos hicieron, decidieron internarnos a ambos”, detalla Sofía con respecto a su experiencia y detalla: 


“Durante la internación, me faltaba el aire y al tercer día sentía puntadas en el pecho, como si algo me estuviera presionando fuertemente. Estuvimos internados 12 días y recibimos el alta al dar negativo en un segundo hisopado”


A diferencia de ella, el caso de Gastón fue mucho más simple: “Fui a hacerme el hisopado y los resultados dieron positivo para COVID-19. Me aislaron en mi casa durante 14 días sin internación de por medio y con síntomas muy leves”.

Lourdes, por su parte, nos cuenta que: “Nos dio positivo el PCR y tuvimos que aislarnos todos en mi casa; mi madre, mis dos hermanos y yo. Por suerte a mí me agarró leve, excepto por un día en el que terminé 7 horas en la guardia porque tenía mucho dolor de pecho y me costaba mucho respirar. Me hicieron radiografía, tomografía y estaba todo dentro de lo normal.”


Los tres consultados coinciden en que la cabeza juega un rol particular en el desarrollo de la enfermedad. 
“Yo tenía síntomas muy leves pero todo el tiempo pensaba en qué pasará mañana, cómo me sentiré. ¿Emporará mi cuadro?”, era el pensamiento de Gastón.

Recuperación y secuelas

Hacia el final de la entrevista, todos concluyen en que los síntomas pueden ser muy diversos en cada persona y manifestarse en diferentes intensidades. Así como también coinciden en que quedan secuelas que demoran en abandonar los cuerpos: “Aún me siento muy cansada, me canso el triple de lo que me cansaba antes y estoy con mucho sueño. Noto que mi cuerpo quedó muy resentido y tengo que hacer mucho esfuerzo para poder respirar”, agregaba Sofía.

Mientras que Lourdes expone: “me agito con mucha facilidad y en el caso de mi mamá, ella continúa con dolor de cabeza y fiebre a pesar de haber recibido el alta médica. Según los doctores, esto es común. Uno a los 14 días ya no contagia pero los síntomas permanecen.”