Tucumán: Mientras la justicia duda, vecinos de Abigail pasaron la noche tratando de cazar al sospechoso del crímen
Los vecinos de la familia de la menor asesinada quemaron la casa de "Culón", el sujeto de 25 años a quien un testimonio convirtió en el principal sospechoso.
Mucho antes de que la Policía tucumana llegara a la entrada del predio donde fue hallado el cuerpo de Rocío Abigaíl Riquel, los vecinos de avenida América y Francisco de Aguirre en la capital tucumana ya mascullaban el apodo del presunto asesino.
Un testigo aseguró que en horas de la mañana del fatidico Día de la Madre, había visto a "Culón", un conocido malviviente de la zona adicto a las drogas, llevarse a la menor al interior del enorme predio donde fue encontrada sin vida y con evidentes signos de abuso sexual.
Ese sólo dato fue como una sentencia de muerte para los furiosos vecinos de los asentamientos que bordean las vías del Belgrano Cargas y el canal, que marcan los límites norte y sur del descampado donde se consumó el brutal crimen.
En cuestión de minutos, las mismas personas que habían acompañado a los familiares de Abigaíl en la penosa búsqueda, rodearon la precaria vivienda del sospechoso y la redujeron a cenizas. Cuando llegaron los Bomberos fue muy poco lo que pudieron hacer.
Abigail de 8 años fue hallada muerta en un descampado con signos de abuso sexual
Hacia la noche del domingo la postura de la unidad fiscal a cargo de Ignacio López Bustos era que no existían pruebas firmes que sustenten la acusación en contra del sujeto, quien según los vecinos había estado detenido por robo en la Seccional 12 hasta el pasado jueves.
Para la gente en cambio no había lugar a dudas. El operativo para retirar el cuerpo de la menor y llevarlo a la morgue le puso fin a los enfrentamientos con la Policía que se sucedieron durante la tarde, pero de ninguna manera fue el final de la jornada.
Según varios reportes que circularon por las redes sociales, durante las últimas horas del domingo y las primeras del lunes, autos y motos recorrieron a toda velocidad los barrios aledaños, siguiendo pistas en una suerte de cacería humana, para tratar de cazar al sospechoso.