Sin baile y con karaoke, se realizó el primer cumple de 15 con protocolos
Emma cumplió 15 años y los pudo festejar con la tradicional fiesta, claro que con todos los protocolos por la pandemia de Covid-19. Esta chica, rafaelina, tendrá como recuerdo extra ser la que inauguró este estilo de fiestas tras 8 meses de suspensión de estas celebraciones en la provincia de Santa Fe. El horario fue distinto, de 19.30 a 0.30 horas. La capacidad fue reducida a menos de cien personas para que el recinto de la fiesta tuviera el 30% de la capacidad. Con mesas que no pudieron superar los 6 integrantes. Con distanciamiento. Sin tandas de baile. Sin mesas dulces ni autoservicio de bebidas. Pero manteniendo la alegría de celebrar.
El cumple de 15 se realizó el sábado en Rafaela, un día después de habilitarse los decretos 51.074 y 51.075 que firmó el intendente Luis Castellano, que autorizó a los salones de fiesta a trabajar con protocolos similares a los de bares y comedores, con una reconversión excepcional y temporaria. Además, privilegiando la ventilación natural por sobre el uso de ventiladores y/o aires acondicionados (con ventanas y puertas abiertas en lados opuestos del recinto).
Y dentro de lo dispuesto por los decretos, cada local debe privilegiar el desarrollo de las actividades en espacios abiertos privados (como patios y terrazas) o públicos (tales los casos de veredas, canteros, plazas y parques) con estricto cumplimiento de los protocolos Covid-19 aprobados y previa solicitud de los permisos de uso y ocupación del espacio público.
Desde las 19.30
A esa hora se abrieron las puertas del salón rafaelino. Y los invitados de Emma Chiaverano, la quinceañera, comenzaron a entrar, por tandas y durante una hora. Con todos los protocolos previos: toma de temperatura, alcohol en manos, tapabocas y distanciamiento.
La dueña del salón, Gabriela Cagliero, explicó que "salió todo como lo habíamos planificado, los padres se tomaron el protocolo muy en serio y los chicos también".
Para el ingreso a la fiesta "implementamos un sistema de código QR, a través del cual lo chicos sabían qué mesa les correspondía. Les higienizamos los zapatos, la ropa y los hicimos esperar afuera con tapaboca hasta el momento de pasar al recinto de la fiesta".
En cuanto a la cena, detalló: "Como la comida no puede ser finger food, no puede haber mesa de dulces o salados, hubo solamente comida servida en plato. En cuanto a las bebidas, tampoco hubo barra de tragos, solo los mozos se encargaban de servir a cada persona".
"Un evento como este le da trabajo a muchas personas, relacionadas a la decoración, al alquiler de enseres, de salones, sonidista, DJs, artistas, editores de video, gastronomía, mozos, diseñadoras, sastrerías, peluquerías, maquilladoras, tiendas de ropa y zapaterías, entre tantas", comentó Yamila Pratto (fundadora de una empresa de decoración que estuvo encargada de los protocolos) en la página web infomercury.com.ar
Sin baile, con karaoke
Uno de los momentos mágicos de la fiesta de 15 es, sin dudas, el baile. Y no pudo realizarse. Sin embargo, un protocolo especial permitió "reemplazarlo" a medias. "La verdad que fue mágico, claro que nada tradicional. Esta familia pudo organizar el momento "especial" a través de videos, espejo de selfies dónde cada uno iba por turnos, también había un fotolibro digital dónde todos estampaban sus firmas, un concurso de canciones y karaoke entre mesas", contó Yamila, quien no tuvo dudas al decir que "todos se fueron muy contentos a sus casas, sobretodo la quinceañera que disfrutó como nunca ese momento".
Por su parte, la mamá de la cumpleañera le contó a la web rafaelina castellanos.com.ar que "cuando supimos que habilitaban los salones, llamamos enseguida y nos dijeron que no se podía bailar y que la gente debía respetar la distancia social. A nosotros no nos importó, quisimos hacerlo igual, porque la verdad que estar así reunidos es una felicidad, es una reunión familiar que nos enorgullece. Eramos 80 personas y estamos felices de ser los primeros en animarnos".
Y a Emma poco le importó tener una fiesta distinta a la habitual porque se mostró "muy feliz porque lo más importante fue poder estar con todas las personas que amo".
Ahora resta ver si esta autorización que se dio en Rafaela se replica en toda la provincia. Y así cumpleaños de quince como el de Emma o casamientos reciben el visto bueno para festejar bajo esta nueva normalidad en este tiempo de pandemia, con todos los protocolos requeridos para prevenir contagios de este coronavirus que cambió la habitualidad. (La Capital)