Gobierno20/01/2021

YPF: se viene la segunda ola cristinista en la petrolera estatal

Una sola conducción. A eso apuntan los cambios que se maduran en YPF, la petrolera estatal, que vive momentos de tensión interna por la inminente salida del presidente de la compañía, Guillermo Nielsen, y su reemplazo por un dirigente político de llegada directa a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Justamente lo que se busca sanear es la idea de "doble línea" que había. Con la salida de Nielsen y el nombramiento del dirigente K polifacético Pablo González no habrá más dudas: es la segunda ola cristinista dentro de YPF, luego de la reestatización ejecutada en su gobierno. No podrá ser con el modelo idéntico, con una sola persona a cargo de todo. No hay un nuevo "Miguel Galuccio", el ex CEO de la petrolera fue quien la condujo en todo el período de Cristina. 

Pero la intención es despejar el doble comando. Claro, en realidad Nielsen, el hombre de Alberto Fernández en la petrolera, nunca tuvo el arraigo y el poder real en la compañía. El mendocino Sergio Afrontti ha construido legitimidad en su cargo dentro de YPF y las líneas técnicas de la empresa esperan que lo empoderen más. Los cambios vienen a "terminar" con las peleas internas. La duda es si eso se resolverá con una profesionalización mayor de la empresa o, por el contrario, una politización más extrema. Todo en un contexto complejo: YPF, como todas las petroleras, tuvieron un 2020 duro y el futuro en incierto. En nuevo presidente tiene un perfil mucho más político que técnico: fue un funcionario polirubro en Santa Cruz y mucho más ligado a las estrategias jurídicas que energéticas. 


Por qué es clave
El control de la petrolera es mucho más que el manejo de una empresa. Por el rubro y por el impacto que tiene en el mercado, controlar YPF es tener en la mano gran parte de la política energética del país.  También la política de precios. De hecho los aumentos de los combustibles que comenzaron a reiterarse han tenido un impacto social importante y podrían tenerlo en la inflación, una de la variables más sensibles y que más preocupan en el Gobierno.

No es un dato casual que el año pasado uno de los pocos cambios que ejecutó Alberto Fernández en su gabinete haya sido también en la Secretaría de Energía. En ese caso también asumió un diputado. Darío Martínez reemplazó a Sergio Lanziani. En ese momento también se habían producido simbronazos por los aumentos en los combustibles. 


 

Guillermo Nielsen ha tenido una agonía en el cargo. Su salida es una de las más anticipadas que se recuerden, pero aún no se concreta. Dentro de YPF la veían venir. "El tema estaba pendiente de resolución porque es muy difícil gestionar si no hay una sola conducción", explicó una fuente que conoce en profundidad la gestión de la empresa. En general a Nielsen le cuestionaban su perfil "abstracto": bueno en la teoría, pobre en la gestión. Tanto, que quedó aislado. La duda es si él lo hizo así o lo aislaron. 

Los cuadros más técnicos de la empresa apuestan por el empoderamiento de Afrontti, a quien lo toman como "ypefiano" puro. Claro, también entienden que es una compañía atravesada por la política; la partidaria y también la visión estratégica que quiera darle a la energía el Gobierno. "Es necesario abandonar las internas y buscar un camino de salida. El contexto es muy complejo", explican. La empresa tiene en su directorio una buena carga de cargos netamente políticos. De hecho hay algunos viejos conocidos de Mendoza allí, como el ex gobernador Celso Jaque. 

Ahora habrá una sola conducción política. Es la era de la segunda ola cristinista en la principal petrolera. Las urgencias en el área tienen que ver con la resolución de los problemas de financiamiento; si hay posibilidades de expansión por inversiones (la empresa necesita ayuda externa para ello) y a nivel sectorial si Argentina necesitará volver a importar energía.