Pidió un préstamo de $ 50 mil y al año ya debía $ 1.2 millones
“En Colombia a los que no pagaban les quemaban las casas”, fue la advertencia que escuchó una comerciante de barrio Ludueña, Rosario (Santa Fe) de parte de prestamistas con quienes tomó un primer crédito informal por 50 mil pesos.
A lo largo de un año fue forzada a refinanciarlo con seis nuevos préstamos que engendraron una deuda superior al millón de pesos.
Ante la difusión pública de otros casos de usura y la amenaza de que quemarían su casa, la mujer se animó a denunciar su situación.
Cuatro hombres de nacionalidad colombiana fueron detenidos y este jueves fueron imputados como coautores del delito de usura crediticia agravada. Quedaron en prisión preventiva por sesenta días.
El fiscal David Carizza acusó al grupo a partir de la denuncia de una vecina de Gorriti al 5700 que era hostigada por un grupo de prestamistas. Luego de contraer un crédito inicial por 50 mil pesos, a pagar con el doble de dinero, la deuda escaló hasta engendrar una monto total que superior a 1.200.000 pesos.
Una suma que le era imposible de afrontar en los pagos diarios convenidos. El mecanismo, según la investigación, consistía en ofrecerle nuevos préstamos para saldar parte de los anteriores, de manera que siempre quedaba atada a la red de usura.
Los cuatro detenidos fueron acusados de “haber desempeñado la usura crediticia en forma profesional o habitual como ocupación estable, aprovechándose de la situación de necesidad, carencia e inexperiencia” de las víctimas, que quedaron colocadas en una situación de “ahogamiento económico financiero”.
Esa actividad, según el fiscal, fue ejercida por el grupo desde marzo de 2020 hasta la actualidad junto a personas aún no individualizadas. Los acusados son Gilnardo Antonio G.F., Fader Alexander G.L., Christian Camilo P.H. y Jairo Andrés R.M.El juez Ismael Manfrín dictó la prisión preventiva de los cuatro por un plazo de 60 días. Los imputaron como coautores de “usura crediticia agravada por habitualidad o profesionalismo”, un delito al que el primero de ellos sumó el de amenazas coactivas.
Los colombianos fueron detenidos el lunes a la tarde por efectivos de la Agencia de Investigación Criminal cuando llegaban en cuatro motos para efectuar sus cobranzas en el negocio de la denunciante. Les secuestraron cartones con calendarios donde llevaban el registro de los pagos de una decena de personas que contrajeron préstamos con la organización.En ellos se consignaban nombres, fechas y montos de los créditos que, intereses mediante, escalaban al doble. En uno de los talonarios, por caso, figura un préstamo de 150 mil pesos a devolver con 213 mil pesos en cincuenta días.
La denuncia original fue presentada por una comerciante tras la detención de otro grupo de prestamistas colombianos con base de actuación en el Mercado de Productores.
Según planteó el fiscal en la audiencia, a principios de marzo del año pasado Fader Alexander G.L. se presentó en el negocio de Gorriti al 5700 y le ofreció a su dueña un préstamo personal de 50 mil pesos. Debía devolverlo en un mes y seis días con la suma de 100.800 pesos, “es decir un interés del 2.82% diario”.
La mujer devolvió 95.200 pesos en 34 cuotas. Cuando le quedaba por saldar una deuda de 5.600 pesos se presentó Fader Alexander y, “mediante amedrentamientos”, le ofreció refinanciarla.
Le dijo que “no quedaba otra”, que “su patrón era duro” y que “en Colombia a los que no pagaban les quemaban las casas”. Así, ese remanente se convirtió en una nueva deuda a pagar en cincuenta cuotas diarias de 4.260 pesos por un total de 214 mil pesos.
Días después se presentó el padre de Alexander, Gilnardo G. F., y le ofreció a la mujer un nuevo crédito de 50 mil pesos. Debía pagarlo en 36 cuotas de 2.800 con la condición de que, con parte de ese dinero, “achique” la deuda con su hijo. La comerciante aceptó y esto le generó dos compromisos diarios con padre e hijo por un total de 7.080 pesos.
Como no pudo cumplir con esa exigencia, más adelante Alexander le presentó a otro prestamista: Camilo P. H. Este le ofreció un nuevo préstamo por 40 mil pesos a abonar con 66 mil en treinta cuotas diarias de 2.200. Una vez más, con la condición de usar parte del dinero para reducir las deudas anteriores.
Al asumir ese cuarto compromiso la víctima entregó parte del dinero a los mismos prestamistas. Pero quedó obligada a pagar “4.260 pesos diarios a Alexander, 2.800 a Antonio y 2.200 a Camilo”. Una vez más, no estuvo en condiciones de afrontar esos pagos. Entonces llegó el quinto ofrecimiento. Gilnardo Antonio le entregó 50 mil pesos a pagar con 100.800 en 36 cuotas diarias.
El nuevo cuello de botella no tardaría en llegar. Según la imputación, Camilo introdujo entonces a Jairo Andrés R. M., quien generó un nuevo crédito de 60 mil pesos a devolver en 30 cuotas de 3.560, siempre con la condición de achicar parte de las deudas anteriores.
Según se consigna en la imputación, esto dejó a la comerciante “en la situación de deberle dinero a Alexander, a Antonio, a Camilo y a Andrés, debiendo pagar por día la suma de 23.045 pesos”.
La última presión llegó en diciembre, cuando Gilnardo Antonio refinanció la deuda por última vez con “tres cartones de 150 mil pesos cada uno, a devolver en cincuenta cuotas diarias de 4.260 pesos cada cartón”, es decir por un total de 213 mil pesos cada uno.
En enero llegó la amenaza: que pagara la deuda o le iban a quemar la casa. El lunes 18 la comerciante hizo la denuncia que esa misma tarde derivó en la detención de los cuatro acusados por actividades de usura. /La Capital