“Me dijo: ‘¿Te acordás de mí, hdp?’”: en 2019 un chico quiso robarle en su rotisería y lo detuvo, ahora volvió con una patota y lo atacó brutalmente
El sábado por la noche, pasadas las 23, Mauricio Luján regresaba de la rotisería que atiende junto a su familia en la localidad de Tandil, provincia de Buenos Aires. Tras completar la jornada laboral, se dispuso a realizar lo de cada día: caminar las cuatro cuadras que separan el comercio de su casa. Sin embargo, el súbito e imprevisible freno de un vehículo lo sorprendió. “Sentí que me iban a robar, ya estaba preparando el celular”, dijo.
Lo que ocurrió a partir de allí fue mucho peor. Visualizó a un joven que rápidamente descendió del automóvil y cubrió su rostro con la capucha de la campera. Mauricio aceleró el paso, estaba a cuatro casas de la suya e imaginó que si corría llegaría a tiempo. Pero a los pocos segundos sintió un puntazo en el brazo. Inmediatamente sufrió dos más.
“Me dijo: ‘¿Te acordás de mi, hijo de puta?’. Al tercer puntazo le pegué una trompada con toda mi fuerza. Lo di vuelta, pero se levantó como si nada. Ahí reconocí su rostro”, explicó.
Mauricio conocía al agresor desde 2019, cuando lo atrapó en su comercio a punto de robarle una milanesa a la napolitana del mostrador. “Estaba con una chica y ambos empiezan a correr. A él lo agarré. Lo único que hice fue tomarlo del cuello para detenerlo, lo senté afuera del local y llamé a la Policía. En ese momento dio datos falsos, contó que vivía en otra calle de la que realmente vive. Debía tener unos 15 años en aquel entonces”, recordó la víctima.
El hombre sufrió heridas por un cuchillo y golpes en el rostro y en las costillas
Dos años después, el joven buscó su venganza. Lo atacó de espaldas y en patota. “Me trencé a luchar con él. Me dio tres puntazos y escuché que le decía al resto: ‘Voltealo que lo limpiamos’. Pero me enfoqué en la cuchilla. Todos me pegaban pero yo estaba enfocado en él, porque lo conocía, vive a metros de la casa de mi suegro y lo distinguí. Sobre el final me pegaron una patada en la costilla que me derrumbó. Pensé que me mataban”, indicó.
Camila, la esposa de Mauricio, llamó a la Policía tras ver por la ventana que un hombre estaba en el suelo y era golpeado por cuatro personas. No supo que era su marido hasta que éste logró reintegrarse y gritó que lo ayudaran.
“Empecé a pedir auxilio y salieron todos los vecinos. En ese momento decidieron irse. Antes de subirse al auto, el que me apuñaló me miró y raspó la cuchilla en el asfalto”, reveló.
Mauricio agregó: “Me rompió toda la campera, me cortó un poquito el brazo y el hombro. Lamentablemente no se puede hacer nada. Fui a la Fiscalía, a hacer todo lo correspondiente. Hicieron un pedido de restricción pero no se presentó en la comisaría. Tampoco pidieron el secuestro del vehículo. Andan como si nada”.
La víctima fue recibida por el intendente Miguel Ángel Lunghi, que puso a disposición la Secretaría de Protección Ciudadana para brindarle toda la seguridad necesaria. “Soy un laburante. Rosetta fue fundado en 1988 por mi papá. Actualmente trabaja mi mamá de 77, mis hermanos, mi sobrino. Recibimos mucho apoyo de los clientes porque somos muy conocidos en Tandil”, narró el papá de Albertina y Bernardita.
“Hoy no voy a ir a trabajar porque tengo que hacer unos trámites e ir al médico. Hace cuatro años me detectaron cáncer de colon. Ahora estoy perfecto, pude curarme, pero tuve que adelantar mis estudios porque los golpes pueden despertar esta porquería. Me preguntaban el otro día si tuve miedo. ¿Sabés cuándo tuve miedo? Cuando me detectaron la enfermedad”, continuó.
Y completó: “Tandil es tranquilo, no pasa nada de nada. Pero dejé asentado que tengo armas y sé tirar. Y a mi familia la voy a defender a muerte. Fui a hablar con la jueza de menores, a la Fiscalía, me hicieron ir para todos lados. Realmente quise hacer todo por la vía legal, pero otra vez no me va a volver a pasar”. /TN