Presencialidad total, similitudes y diferencias entre la educación pública y privada
La educación sufrió un golpe durísimo con la pandemia del COVID-19, las escuelas se cerraron y la enseñanza se trasladó hacia la virtualidad, un sistema hasta ahora poco utilizado y que generó muchísimas dificultades en los aprendizajes. Este año, con la situación un poco más controlada, paulatinamente docentes y alumnos se reencontraron en las aulas, incluso desde hoy deberían hacerlo en su totalidad. Pero ¿cuál es la realidad que se vive en las escuelas públicas y colegios privados en Salta?
En InformateSalta por Multivisión Federal, programa conducido por Federico Storniolo y Sebastián Quinteros, las directoras Silvia Costilla, de la Escuela Remedios de Escalada y Laura Leonarduzzi, del Uzzi College, hablaron sobre las similitudes y diferencias entre la educación pública y privada, principalmente en cuanto al regreso pleno a las aulas.
Por su parte, la docente Silvia Costilla reconoció que en el caso de su institución, como de muchas otras del ámbito público, tuvieron que optar por una presencialidad al 100% sólo en 1°, 2° y 7° grado en el caso del nivel primario; 1° y 5° año en el nivel secundario.
“Los directores tenemos que evaluar el espacio físico disponible y también la movilización a aulas más grandes para poder brindar el distanciamiento de 90 centímetros de alumno a alumno. Si esa condición no se da, uno no podría retornar con el 100% de clases en algunos de estos grados”, dijo.
Sobre los desafíos con los que se enfrentan para la recuperación de contenidos, aseguró que pese al trabajo comprometido y esfuerzo de los docentes, será muy difícil revertir un año entero de total virtualidad y sin contacto presencial con los alumnos.
“Como revertir esa situación si este año fue con una bimodalidad, el proceso de enseñanza y de aprendizaje para todos los niveles no se construye ni en la virtualidad ni en los papeles, sino en el contacto cara a cara, donde el docente genera instancias de aprendizaje y los niños pueden construir esos aprendizajes con la guía y orientación de los docentes. Revertir la situación de un año y medio de no presencialidad es bastante difícil, llevará un trabajo consecutivo durante el año que viene”, expresó.
Además, subrayó que los docentes también aprenden a la par de los alumnos y cada uno de ellos implica un desafío en el proceso de enseñanza. “Nuestros docentes han aprendido como, a partir de la virtualidad, tengo que saber que muchas veces lo que enseño no se aprende como yo lo enseñé, no es lineal. Solamente en la presencialidad vamos a comprobar que aprendieron nuestros pequeños, que son capaces de hacer con lo que trabajaron el año pasado y que niños se vieron en mayor desventaja y necesitan más apoyo en el aula”, manifestó.
Por su parte, la profesora Laura Leonarduzzi, describió una situación totalmente diferente en cuanto a espacio físico, en el caso puntual del Uzzi College. “Nosotros tenemos desde toda la vida un tope de alumnos por aula por la pedagogía que utilizamos y el espacio físico, hay que sumar que el colegio tiene casi 4 hectáreas para parque, entonces los chicos podían también mantener las burbujas en el recreo”.
En este sentido, cuestionó la decisión tan drástica de cerrar las instituciones durante un periodo tan largo, teniendo en cuenta que nunca fueron en sí mismas un foco de contagio por la aplicación a rajatabla del protocolo.
“Las graves consecuencias que trajo, que van a ser lentas y algunas difíciles de revertir en hábitos sociales, en conductas especiales, en el crecimiento sano que necesita siempre un chico para crecer, eso se ha perdido”, indicó.
Asimismo, coincidió con su par en el incremento de algunas dificultades y citó como ejemplo los problemas de lenguaje que presentan los niños del nivel inicial. “Son chicos que han pasado mucho tiempo en la casa, frente a la pantalla. La escuela es tan grande lo que aporta, ir al colegio es tanto lo que llena en la vida de un chico, lo social, lo emocional, el aprender las normas, el cumplir, el límite claro y eso no estaba en la casa y eso se nota ahora”.
Dejando de lado las lamentables y dolorosas pérdidas humanas, opinó que un golpe tan duro en la educación sirvió que los docentes tengan que ayornarse rápidamente al mundo que se viene. “La virtualidad llegó para quedarse, falta mucha formación docente, porque para dar clases en el aula virtual, se trabaja una forma distinta. Se da vuelta, se invierte, el chico antes de ir a la escuela, el maestro le da todo lo que tiene que leer e iría a la clase ya con el texto leído”, afirmó.