Turismo26/10/2021

Cafayate, tierra del vino y de leyendas bien norteñas, está de cumpleaños

Hoy es el aniversario 181 de uno de los destinos turísticos más importantes de la Provincia, y con esto, comentaremos las leyendas más llamativas que tiene esta localidad. Cafayate tiene un encanto en su gastronomía, bebidas y cómo no, con sus populares leyendas.  

Se sabe que Cafayate tiene un paisaje destacado, con una Ruta del Vino bien diagramada para que turistas locales, como extranjeros, gocen de comodidades hoteleras y también un clima con buenas temperaturas, una agradable noche, pocas lluvias y un recorrido paisajístico sin igual, que produce un lindo contraste con la ciudad. Y en este nuevo aniversario contaremos sus leyendas más conspicuas. 

El “tapao” del Zorrito

Según cuenta la leyenda, en la época colonial de nuestra provincia y antes de cualquier revolución de Mayo, se ocultó un tesoro (por eso “tapao”) dentro del cerro conocido como “Zorrito”. 

La misteriosa leyenda cuenta que un cargamento que era transportado en 14 carretas cargadas de tesoros que iban de viaje al Alto Perú, pero de repente, se produjo un ataque de bandidos, y por ello, misioneros de este convoy comercial  escondieron todas piedras preciosas y monedas,  en el “Zorrito”, a la vera de la ruta nacional 68 y del río Las Conchas. 

Las Tres Cruces

A un costado de la ruta 68, en una pequeña meseta, se pueden observar tres cruces que emularían tumbas. Si uno va en vehículo incluso puede aparcar al lado de la meseta, bajarse del auto y sacarse fotos. También las cruces, se encuentran una al lado de la otra, y acompañan al paisaje característico de los valles. 

Según la tradición, esta historia era sobre tres frailes que huían despavoridos de un posible ataque de aborígenes de la zona. Lo que sucedió fue que habían ocultado (también) un tesoro formado por objetos de oro y joyas preciosas, que al parecer pertenecían a la misión jesuítica. Luego, los aborígenes los emboscaron y los asesinaron. 

La leyenda de la Laguna Brava

En las noches de amigos, donde abunda la cerveza, el vino y las empandas, cuentan la leyenda de la Laguna Brava, desde Cafayate a Molinos. Sus duendes risueños viven de jolgorio y por la noche  copulan con sirenas de pechos casi cobrizos.  Los protagonistas de la Laguna Brava desparecen dejando, sin dejar rastros, al caer el amanecer. 

Los hombres de carne y hueso, ávidos por conocer tal festín nunca han podido ingresar  a una de sus tertulias, porque si lo hace, corre peligro de que sus huesos queden estancados en la playa y con la posibilidad de que se conviertan en oro. 

Los arrieros custodian el lugar, y se dice que han sobrevivido más de 500 años, donde coexisten con dioses y seres mágicos, pues ellos protegen las zonas lugares y alrededores. Y estos miran de lejos, las fiestas nocturnas que se manifiestan en aquel lugar. Los duendes amanecen en los pueblos cercanos que algún que otro pueblerino advierte y cree que está soñando. 

Cuando estén por los valles y escuchan danzas frenéticas, y si la curiosidad los atrapa, investiguen si hay dicha festividad, pues tal vez, algún duende los lleve de la mano y puedan contemplar, por única vez, tanto hedonismo por una sola noche. 

Sin duda, deben existir más leyendas conocidas de Cafayate, pero su rica historia también se aúna con su cultura y sus vinos, de más está decir que Cafayate, es una tierra de vinos, comida regional… y leyendas.