Video: Contrabando suicida sin control en la frontera argentina con Bolivia
La prueba es contundente. El video es casi suicida. De la manera que se aprecia en la filmación casera, cientos, tal vez miles de ciudadanos extranjeros ingresan por día a la Argentina por la frontera norte, para abastecerse de toda clase de mercaderías, claramente favorecidos por el cambio.
Lo que ocurre en Aguas Blancas, donde los balseros bolivianos cruzan el río crecido, ofreciendo una suerte de turismo de aventura a sus ocasionales pasajeros, cuesta la suma de mil pesos por persona. Hacer números es sencillo: cien personas por balsa por día, son cien mil pesos argentinos. Una fortuna por hacer "deporte de riesgo".
Si bien no hay cifras oficiales, se estima que el cruce de los balseros en Aguas Blancas moviliza a unas 8.000 personas por día, lo que a las claras habla del formidable negocio que se maneja con este tránsito, que comenzó como una necesidad inevitable durante la pandemia y que luego quedó establecida como una forma fácil y aceptada de evitar los controles y favorecer la ilegalidad. En la zona hay efectivos de Gendarmería que custodian el paso de chalanas y el puente internacional, pero que nada pueden hacer ante las multitudes que llegan desde el otro lado del río en las precarias embarcaciones.
En Salvador Mazza pasa algo similar. Allí no hay un río bravo como el Bermejo, pero hay decenas de pasos ilegales, por alguna de las distintas quebradas internacionales que hacen de límite entre un país y otro.
El motivo del cruce es el mismo: abastecerse en nuestro país de toda clase mercadería por la creciente depreciación del peso argentino.
Diferente a lo que sucede en la frontera de Aguas Blancas y Bermejo (Bolivia) es lo que ocurre diariamente entre las localidades de Salvador Mazza y Yacuiba en el departamento San Martín.
Esta segunda frontera está dividida por una quebrada internacional aunque en realidad se trata de un accidente geográfico que no lleva agua. A las dos localidades de frontera las dividen unos 32 kilómetros de extensión de este a oeste a lo largo de las cuales se ubican puestos y asentamientos además de Yacuiba y Salvador Mazza por lo que pasar de un país al otro es como ir de un barrio a otro sin prácticamente ninguna complicación o riesgo para los pasadores tanto argentinos como bolivianos.
En el caso del departamento San Martín los camiones que llegan a la frontera primero tienen que pasar por el puesto VOVE ubicado en la entrada misma de la localidad fronteriza de Salvador Mazza sobre la ruta nacional 34 y allí tributan impuestos tanto provinciales como municipales.
Una vez que abonaron "cash" en el caso de rentas del municipio, siguen viaje unos tres kilómetros hasta el puente internacional o hasta estacionarse en cualquier calle cercana a la quebrada. Es allí donde operan "los bolseros" o "bagayeros" que en minutos descargan toda la mercadería y por cualquiera de la veintena de pasos ilegales, las trasladan hacia territorio boliviano. De hecho que muchas otras unidades de transporte lo hacen por el puente internacional pero podría decirse que la mitad no cruza la frontera; solo las cargas que transportan.
La devaluación de la moneda argentina hace que los productos de nuestro país se comercialicen como pan caliente del lado boliviano y que los comerciantes argentinos prefieran recibir la moneda del vecino país en vez del peso argentino. No hay producto argentino que no salga prácticamente las 24 horas del día hacia territorio boliviano -la frontera tiene tanto o más movimiento durante la noche- ya que el tipo de cambio no ha hecho más que favorecer el comercio de frontera sobre todo de nuestro país hacia Bolivia. La evasión que se genera es formidable si se tiene en cuenta que la mitad de los camiones que llegan con cargas a la frontera opta por cruzar la mercadería por pasos ilegales.
Dirigentes campesinos de Yacuiba denunciaron al Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria de Bolivia (Senasag) con asiento en Tarija, por certificar el grano que llega de contrabando desde Argentina como si hubiera sido producido en Yacuiba. Argumentaron que la cosecha ya finalizó y no queda ningún tipo de grano en la región, acusando que altos funcionarios del organismo están involucrados.
Los hechos fueron expuestos por el dirigente campesino Lumber Gonzales, ante una serie de denuncias que acercaron productores del sur boliviano, al verse afectados por la maniobra. “No hay granos en el chaco”, dijo Gonzales, a la vez que remarcaba que el uso de datos de productores registrados para el movimiento de granos para asentar en el documento emitido por Senasag proviene del propio organismo.
Así, dijo, se involucra a los productores del sur boliviano para gestionar y certificar los permisos de transporte de granos al interior de Bolivia, de granos que llegan de contrabando de Argentina.
Agregó que además de los productores también hay víctimas entre el campesinado. “Ellos roban la identidad al campesino”, continuó el dirigente, manifestando que se pueden llegar a asentar que el titular de una carta de permisos es dueño de 20 camiones para el movimiento de granos cuando no excede las dos unidades. /El Tribuno Salta