La Ciudad de la furia, una experiencia gastronómica, sensorial y en las alturas
Me verás volar por la ciudad de la furia, donde nadie sabe de mí y yo soy parte de todos… fue el artista Gustavo Cerati quien describió con esos acordes a la Ciudad de Buenos Aires y que se volvieron un ícono de la música de la mano de Soda Estéreo. Sus luces, movimiento, su identidad y capacidad de abrazar cientos de diferencias le dan un sello único.
Para muchos su vorágine y particular movimiento puede ser estridente, pero InformateSalta se embarcó en una aventura que demuestra que la Ciudad de Buenos Aires no sólo está llena de edificios, oficinas y miles de personas caminando a toda marcha, sino que es un destino digno de conocer y disfrutar.
Como toda gran ciudad goza de una conexión única, cientos de vuelos llegan a diario, taxis, remises, colectivos, trenes y subtes permiten unir grandes distancias a demanda. Sus avenidas y autopistas hacen un trazado ideal para recorrer, obras de accesibilidad que facilitan la circulación, sumado a un ambicioso desarrollo de bicisendas que promueven el uso de medios de transporte no contaminantes.
Uno de los íconos de la ciudad es sin dudas el Obelisco, construido en solo 31 días con bloques de piedra blanca de Córdoba, el monumento sobresale en el horizonte donde se izó por primera vez la bandera argentina sobre Buenos Aires, en 1536.
Mide 67,5 metros y tiene 206 escalones con siete paradas hasta llegar a la cúspide, con cuatro ventanas, aventura que realizamos en primera persona y que carga la adrenalina de un ascenso con todo el equipo protector, de fondo se escucha y sienten las vibraciones de las tres líneas de subte que pasan por allí abajo.
Cuando llegas a la cima encontrás cuatro ventanas que proporcionan una vista maravillosa de la ciudad, sin dudas una experiencia única.
A pesar de su movimiento la amplia variedad de actividades permiten trazar un ritmo propio, de paseos, compras y por supuesto de una nutrida y valiosa oferta gastronómica en la que confluyen no sólo las bondades de todas las provincias, sino también de otros países.
En pleno bajo porteño abrió sus puertas el Mercado de los Carruajes, un paseo gastronómico que no sólo ofrece una amplia variedad de productos sino que tiene una historia digna de ser escuchada.
Fue construido en 1899, por expreso pedido de Julio Argentino Roca y su objetivo era albergar las caballerizas y los carruajes de la presidencia, por su cercanía con la Casa de Gobierno, hoy totalmente restaurado confluyen diferentes ofertas gastronómicas.
El lugar tiene un patio cerrado y una terraza al aire libre, se puede disfrutar de platos dulces y salados y hasta comprar elementos decorativos, sin dudas una parada obligada para el paladar y el buen gusto.
Las opciones gastronómicas se encuentran bien distribuidas y se adaptan a todos los presupuestos, Palermo tiene una oferta digna de ser visitada, sus callesitas albergan restaurantes y por sobretodo una amplia variedad de bares que se funden con murales de artistas que le dan identidad a uno de los barrios más grandes de la Ciudad.
Para un ambiente más familiar y relajado el coqueto barrio de Belgrano se convierte en una gran opción con parques y plazas amplias donde también se encuentran mercados que no sólo permiten hacer la compra diaria o semanal sino también un patio de comidas.
En medio de parques y la estación de trenes irrumpe el Barrio Chino, que no sólo aporta su colorida decoración sino también centros de compras, decoraciones, la tan buscada línea de skin care y su gastronomía; además de templos budistas.
Una experiencia sensorial
El teatro de revista es una de las actividades que caracterizan a la gran ciudad, sin embargo existen otras que ofrecen una experiencia sensorial única como ser el teatro ciego. Imaginá una sala completamente a oscuras, donde por más esfuerzo que hagas no podrás ver nada, te pones unos auticulares, cerrás los ojos y a viajar por los sentidos.
Con un excelente uso de los sonidos y olores te transportás hacia una historia que no sólo está bien contada sino que te permite empatizar y reflexionar acerca de las personas no videntes, sin dudas una actividad para el disfrute y aprendizaje.
Un trago en las alturas
En medio de los grandes edificios se encuentra el Trade Sky Bar, que ofrece una de las mejores vistas a la ciudad. El lugar funciona en la Avenida Corrientes y solo se puede acceder con una reserva previa.
La experiencia cuenta con algunos requisitos y tiene que ver con consumos y tiempo de permanencia. El piso 21 donde se encuentra la imponente terraza que ofrece tragos, comida y buena música se convierte en un escenario que quedará grabado en la retina de todos lo que se animen a subir.
La vista es sencillamente increíble, al igual que el servicio que brindan, este sin dudas es un paso obligado para vivir una experiencia única.
La Ciudad de Buenos Aires esconde atractivos que escapan a la vorágine de su ritmo y dimensiones, convirtiéndose en un gran destino turístico para pasear y descubrir.