Tiene siete años, padece de un cáncer cerebral y fabrica pulseras para vender en el hospital
La pequeña Serenity Flores de San Juan padece de un tumor cancerígeno que tiene en la cabeza, precisamente en el cerebro y en el cerebelo. Con sus siete años demuestra su fortaleza y en el hospital encontró una manera de hacer más llevadera las internaciones.
Lo que comenzó a hacer son pulseritas para venderlas en las redes sociales y así conseguir ayuda.
“Ya terminé de hacer pulseritas, pero ahora mi papá me prestó el celular para ver los dibujitos”, le contó la Diario El Cuyo Serenity, desde su cama del sector Oncología Pediátrica del Hospital Rawson a donde llegó la semana pasada, debido a una recaída tras una de las tantas sesiones de quimioterapia a las que se viene sometiendo.
Desde el 2021 combate la enfermedad con varias quimios o sesiones de radioterapia. Desde chiquita padece dolores de cabeza, decaimiento, baja de glóbulos blancos y nunca le encontraban un diagnóstico certero, pero el 2 de junio, cuando se cayó de un columpio, su vida cambió.
"No fue un golpe, directamente fue un nocaut. Nunca habíamos pasado por algo así, pero te tiene que tocar de cerca para que te des cuenta lo que realmente es", comenta su mamá Carina Rodríguez.
Serenity y un conmovedor abrazo con su hermanita Triniti en la cama del hospital.
Serenity se somete a dos quimioterapias por mes, sumado a las sesiones de rayos diarias. Una de las quimios realizada hace una semana fue la que derivó en la recaida de la pequeña. "Mamá llevame al hospital que me pongan la sonda, quiero estar bien", le dijo la nena a su mamá. Es que Sere no podía digerir alimentos, tenía fiebre y los vómitos no cesaban. En el nosocomio le colocaron una sonda para poder alimentarla, estaba pesando solo 13 kilos. "Necesita subir de peso porque las quimios son tan fuertes que no la va a soportar", manifestó Carina.
Ahora, ya estabilizada, comenzó nuevamente con su emprendimiento que más la entretiene: hacer pulseritas. Fue su tía Mariela quien le regaló un kit de perlitas en su primera internación y desde ese momento, motivada por los médicos y enfermeros que la atienden a diario, comenzó hacer pulseritas para vender. "Las doctoras me decían que les hiciera para ellas y me las iban a pagar y a mí me gustó", cuenta Serenity del otro lado del teléfono.
Si bien en el Hospital no les hacen faltar nada y afirman que la atención de los especialistas es excelente, ahora deben afrontar una deuda producto de una internación del año pasado en una clínica privada. "Nosotros tenemos Obra Social pero los mismos médicos nos dijeron que para su tratamiento era mejor traerla acá al hospital, para evitar gastos.
Por ejemplo el año pasado Serenity estuvo internada tras su primera operación en el Sanatorio Argentino y quedó una deuda de 181 mil pesos. Nos están llamando para que cubramos esa deuda y sinceramente no tenemos de donde sacar, ya iniciamos trámites en Desarrollo Humano y estamos esperando que salga", explicó preocupada la mujer, que a la vez agradece la ayuda estatal por haberle conseguido la válvula que Sere necesitaba para su cabecita.