Acompañar enfermos terminales, la loable tarea de la Casa de la Bondad
En Vicente López 1447 funciona desde hace 7 años la Casa de la Bondad, un espacio abierto por la fundación Manos Abiertas y pensado para acompañar en los últimos días a personas con una enfermedad terminal. No reciben ninguna ayuda estatal, se mantienen con el aporte de voluntarios con un único objetivo: “amar y servir”
Al respecto, Ana María Ponce de León, de la Casa de la Bondad, dijo a InformateSalta que su trabajo comienza cuando los médicos dicen que lamentablemente ya no hay nada más que hacer. “No curamos el cáncer, no curamos la leucemia, pero si curamos el corazón”, expresó.
En este sentido, detalló que en un primer momento formaron un grupo de voluntarios que visitaban los hospitales pero después pensaron en ir más allá. “Veíamos que la gente se moría sola. Eso nos movilizó de tal manera que empezamos a reunirnos, a visitarlos y a pensar en algo más concreto, no es ir al hospital un día, unas horas, sino tener algo nuestro ya”, indicó.
Por esa razón, decidieron abrir esta casa, que si bien tiene lo mínimo e indispensable, tiene la loable tarea de no abandonar a enfermos que no tienen familiares. “Tenemos para recibir 4 personas. Acá no vas a ver una cara triste, no, porque nosotros sabemos que esa persona que vino tan mal, se va muy bien, se va en paz consigo mismo, con sus seres queridos”, manifestó.
Asimismo, aclaró que no reciben ningún tipo de subvención del Estado y sobreviven gracias al aporte de dinero mensual que hace un grupo de voluntarios. “Las puertas están abiertas para todo aquel que quiera venir. El voluntario que viene elige el día, la hora y la tarea que quiere hacer. Si yo acabo de perder un ser querido, el mejor lugar para hacer ese duelo y recomponerme es acá, al lado de la persona que esté enferma, porque ahí te das cuenta que lo tuyo es nada comparado con todo el sufrimiento y todo lo que ves en cada pacientito que viene”, manifestó.