Cultura16/06/2022

Antropólogos apoyan que los Niños del Llullaillaco vuelvan a la montaña

Luego del pedido del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), que a través de una resolución solicita la restitución de los llamados Niños del Llullaillaco al lugar dónde fueron encontrados, InformateSalta dialogó con la antropóloga Blanca Silva quien apoyó la propuesta.

Silva trabajó desde 1983 hasta 2017 en el Museo Antropológico de Alta Montaña (MAAM) dónde se desempeñó como investigadora y posteriormente directora del establecimiento. 

Al ser consultada sobre si se puede usar el término momias para referirse a ellos comentó: “Son momias fueron momificadas de forma natural, son momias. Por una cuestión de respeto de que son restos humanos decimos niños o personas momificadas porque si no aparece como si fueran objetos y son personas”.

Según la ley 6649 el Museo es el órgano de aplicación para toda la provincia de todo lo que se refiere a patrimonio arqueológico, es por eso que en algún momento estuvimos antropólogas que nos dedicamos a diferentes áreas”, continuó explicando sobre el rol que cumple el MAAM en estos casos.

Respecto al posible regreso de los cuerpos a la montaña expresó: “Siempre hemos apoyado eso, hemos pensado como investigadoras y nuestra política del museo era la no exhibición de cuerpos humanos que fue una discusión que se dio en la antropología y después la restitución a las comunidades. Decimos que el Estado es el custodio no el dueño, el dueño son las comunidades originarias”.

Una polémica que surgió al conocerse la resolución del INAI, estaba relacionada a cómo se vería afectada la ciencia: “La ciencia no es algo abstracto, acá hay distintos intereses y el principal es el de los pueblos originarios con su pasado con lo que perteneció a sus comunidades. Sobre los niños del Lullaillaco hay situaciones muy controvertidas, como órgano de aplicación no pasó ningún expediente por el museo”, aseguró Silva.



La especialista adelantó que durante la expedición se dieron algunas irregularidades, “los estudiantes que participaron los hicieron hacer un pacto de silencio, muchas de las cosas fueron secretas. Se hicieron escritos respecto al tema, se pidieron explicaciones. Hay muchas cosas irregulares respecto a lo que fue y sigue siendo el MAAM, algunas de las personas no eran idóneas para el trabajo”.

“Todo lo que se bajó del Lullaillaco se pudo inventariar dos años después. Nunca sabremos quien autorizó la subida y porque solo apareció el director de la National Geographic en el proyecto”, continuó.

“Se tendrían que dar condiciones especiales, tendrían que ver el espacio físico y el área climática también. No tendría que ser un museo, estamos diciendo que no pueden seguir siendo trofeos de guerra”, finalizó.