“Está todo mal, maté a una señora”, la confesión del menor sobreseído por el caso Palomo
Se reanudó hoy en el Salón de Grandes Juicios la audiencia de debate en la causa seguida por el homicidio agravado a Sandra Silvia Palomo. La jornada se inició con la declaración de amigos y compañeros del menor L. N. C. V. (15 años al momento del hecho), quien fue sobreseído por inimputabilidad luego de haber sido imputado por el delito de homicidio calificado por alevosía, ensañamiento criminis causa y por mediar cuestión de género.
Durante la audiencia de hoy se reprodujo las declaraciones brindadas en circuito cerrado de televisión por testigos menores de edad. El primero de ellos, G. B., era compañero de colegio de L. N. V. C. en agosto de 2019. El joven fue citado para ampliar su declaración en la sala.
G. B. contó que unos días antes del homicidio de Sandra Palomo, L. N. C. V. le dijo que quería robar una camioneta para salir de fiesta y que, para lograr su objetivo, iba a usar un cuchillo. Se lo comentó en el colegio, durante un recreo. Dijo que había otros compañeros presentes en ese momento.
G. B. sostuvo que él le respondió que no le hacía falta hacer eso pues consideraba que la posición económica de L. N. V. C. era buena y, además, su mamá siempre le daba lo que él quería.
El testigo relató que el sábado del hecho, por la noche, asistió a una “fiesta fluor” en casa de un amigo. Esa misma tarde, L. N. V. C. le mandó un mensaje por Instagram comunicándole que ya había robado la camioneta en el estacionamiento de un supermercado. Y añadió: “Está todo mal, maté a una señora”.
G. B. dijo que le preguntó, incrédulo, si hablaba en serio y L. N. V. C. le respondió que sí. También le contó que se había escapado de la policía vial y que, a la víctima, “la habían tirado al río Arenales”. Aunque se expresó en plural, el testigo no le preguntó a quiénes hacía referencia.
Esa noche, como a las 2 de la madrugada, L. N. V. C. volvió a escribirle por Instagram preguntándole dónde estaba y ofreciéndose a pasar a buscarlo. Él no le respondió. Aseguró que L. N. C. V. eliminó luego los mensajes que le había enviado en ese chat y solo quedaron visibles sus propias respuestas.
El testigo también contó que la tarde del sábado, como a las 17, le escribió por Whatsapp la madre de L. N. C. V. preguntándole si su hijo estaba con él. Él le contestó que no y ella le comentó que unos chicos habían ido a buscarlo a su casa con intenciones de agredirlo.
Más tarde, la mujer volvió a escribirle para contarle que L. N. C. V. ya había llegado a su domicilio. Le comentó que tenía la ropa ensangrentada porque se había peleado con unos chicos de la zona sur.
G. B. sostuvo que era usual que la madre de L. N. C. V. le escribiera para saber dónde estaba su hijo. Dijo que ella volvió a comunicarse con él a las 6.30 para contarle que la policía se había llevado detenido a L. N. C. V. argumentando que “era cómplice del robo de una camioneta y del asesinato de una mujer”. Le dijo que su hijo, supuestamente, habría actuado junto a otros dos chicos y le dio sus nombres.
El testigo también hizo referencia a dos ocasiones en las que concurrió a la casa de L. N. C. V. y el menor le mostró dos cuchillos. Le comentó que los iba a usar para robar una camioneta. En otra oportunidad le mostró dos martillos que tenía ocultos en su habitación. En circuito cerrado de televisión, G. B. mencionó que su amigo le había dicho que también los usaría para cometer el robo.
G. B. manifestó que, para él, L. N. C. V. planeó robarle la camioneta a Sandra Palomo. “Eran vecinos y todos los días pasaba por la cuadra de la señora para ir a su casa. Eso no me lo contó pero es algo que yo pienso. A veces salíamos a caminar, pasábamos por la casa de la señora. Él me decía `este auto o esta moto´ me gustan”.
El testigo también contó que L. N. C. V. le confesó que una vez había salido a robar con sus amigos y le preguntó si él no se animaría a hacerlo. Le respondió que no.
El lunes 27 de junio comparecerán los últimos testigos, a partir de las 8. Luego, ese mismo día o el martes a partir de las 8, declararían los imputados.