Fue una verdadera fiesta. Después de un largo tiempo, las banderas, los globos y los papelitos volvieron a una cancha del fútbol salteño. Fue ayer en la victoria de Central Norte 3 a 2 ante Unión Sunchales en un eufórico estadio Padre Martearena.

Los hinchas del “cuervo” vistieron las cabeceras del estadio de negro y blanco con sus “trapos” y además se escuchó el sonido de la percusión, la melodía más dulce para aquellos que disfrutan de un espectáculo del balón pie. 

Y por supuesto, los simpatizantes del azabache, como es costumbre, hicieron lo suyo. Con su voz, hicieron temblar las gradas y poner la piel de gallina al rival. "Soy del cuervo hasta que me muera, dale, dale, cue...", fue uno de los tantos cánticos que hicieron vibrar al Martearena. 

En palabras del ministro de Seguridad, fue el regreso “del folclore y la alegría”, y como dato sobresaliente, afortunadamente, no hubo que lamentar incidentes.