Presupuesto 2023: el Gobierno planea bajar la inflación de 95% a 60%
El Gobierno envió este jueves 15 de septiembre el proyecto de Presupuesto 2023 al Congreso y busca así tener el aval parlamentario para su hoja de ruta económica para el año próximo, que tendrá como pilares una expectativa de inflación mucho más baja que la prevista para el fin de 2022, la reducción del déficit fiscal, mantener el superávit comercial externo y un crecimiento de la actividad a un ritmo más leve.
Además, el texto de ley incorpora una adenda en la que propondrá a la oposición discutir la eliminación de algunos beneficios y exenciones tributarias. Si todo ese paquete propuesto fuese eliminado por decisión parlamentaria, le implicaría al fisco un ingreso extra por 2,4% del PBI, lo que representaría prácticamente terminar con el déficit primario.
La continuidad del programa económico acordado con el Fondo Monetario implicará que el rojo fiscal, que este año se estima que terminará en 2,5% del Producto Bruto Interno, se reduzca el año que viene hasta 1,9% del PBI, lo que equivaldría una poda mayor a los $700.000 millones. Ese camino se desandará a través de la segmentación de tarifas con tope de consumo, un recorte a los subsidios al transporte y otras medidas que incluso podrían representar un ajuste mayor.
El texto que Sergio Massa envió al Congreso prevé que este año termine con una mejora de 4% en el Producto Bruto y que el 2023 registre una desaceleración en ese crecimiento, que quedaría así en 2% anual, una velocidad que el Gobierno espera que se sostenga incluso hasta 2025.
La inflación, que este año finalizaría en torno de 100% según las estimaciones privadas, debería retroceder a un ritmo de 60% anual, de acuerdo al proyecto de ingresos y gastos que llegó al parlamento. Esto implicaría una baja de unos 35 puntos porcentuales respecto a la estimación final que hacen en el Palacio de Hacienda para 2022, que orilla el 95 por ciento.
Un camino de similar velocidad seguirá el tipo de cambio administrado por el BCRA, que terminaría el 2023 con una variación de 62,1%, un ritmo similar al de la suba de precios. “No va a haber saltos específicos (en la cotización) y bajar la brecha va a depender de cuánta capacidad tengamos de bajar ese ‘techo’ más que de subir el ‘piso’”, mencionaron desde el Palacio de Hacienda.
Un ítem que crecería por encima de la inflación esperada es el de la recaudación tributaria: aceleraría, a lo largo de 2023, a una velocidad superior a la inflación, aunque desde el Gobierno niegan que el Presupuesto incluya reajustes de alícuotas o creación de nuevos tributos.
Ese crecimiento en términos reales de la recaudación, sostiene el equipo económico, estará explicado por la dinámica de la actividad económica, el comercio exterior, en los incrementos de las ganancias de las personas humanas y sociedades, una esperada caída en la evasión impositiva y a ingresos mayores por los regímenes de facilidades de pago.