Nacional04/11/2022

Lucianito negó haber asesinado al empresario Andrés Blaquier:"Yo no lo maté"

 "Yo no lo maté". Luciano Jesús González (18) habló durante poco más de una hora con su abogada, Silvina Fernández Rosarno, en la comisaría 1era. de Pilar. Fue el lunes, horas después de caer detenido por el crimen del empresario Andrés Blaquier (62), para robarle la moto en la autopista Panamericana, en Pilar, junto a su novia, Brisa Villarreal (18).

"Lucianito" ya no está más en esa seccional. Lo trasladaron a la 7ma., en Manuel Alberti, después de que su defensora presentara un hábeas corpus tras denunciar que cuatro policías lo golpearon y lastimaron "mediante golpes de puño y tonfas" para que firmara "una confesión del ilícito que se atribuye".

Este viernes, a las 9, el imputado estará frente al fiscal Gonzalo Agüero (UFI N° 4 de Pilar), que lo indagará. "Va a hablar", le anticipó a Clarín su abogada. El lunes se negó a declarar, pero ahora dará su versión.

¿Qué va a decir? Lo que hizo ese sábado 29 de octubre, el día en que Blaquier fue asesinado por dos motochorros, a las 19, en el kilómetro 50 de la Panamericana, de un disparo en el pecho.

Andrés Blaquier

Aquella tarde-noche, la víctima volvía de un tradicional torneo de polo, el Abierto de Hurlingham, junto a su esposa y madre de sus tres hijos, Magdalena De Elordy (58), a bordo de su BMW R1200, en sentido a Provincia. En otra moto viajaba una pareja amiga.

Según el fiscal Agüero, Villarreal manejaba la moto con casco y González -teñido de rubio- iba detrás. "Lucianito" sería quien lo mató. Primero hizo un disparo hacia el asfalto, intimidatorio. Luego baleó en el pecho del empresario agropecuario, que fue trasladado al Hospital Cirilo Sanguinetti. A las 19.20 constataron su muerte.

El acusado asegura que aquel sábado fue a lo de su cuñada, Laura González (37), en la calle Las Hortencias al 1500, de Del Viso (Pilar), ya que ella iba a visitar a su esposo, Gabriel González (42), preso en el penal de Baradero. Dice que llegó a las ocho de la mañana, para cuidar a sus cinco sobrinos, de entre 7 y 17 años.

Con el celular del mayor de los chicos (la abogada sostiene que "Lucianito" es "semi analfabeto" y "no tiene" teléfono pese a sus posteos en su cuenta de Instagram), llamaron a las 16.53 a una remisería para llevarlo de regreso a su casa.

De acuerdo a Fernández Rosarno, a las 19.07, es decir pocos minutos después del crimen de Blaquier, un auto de la aplicación de viajes DiDi, con un chofer de nombre Santiago, lo trasladó otra vez desde su hogar, en la calle Beliera al 4400, en Manuel Alberti (Pilar), a la casa de Las Hortencias, adonde llegó a las 19.26.

Allí, siempre de acuerdo a su versión, esperó a que llegara su "nueva novia", apodada "Pompi", ya que con Brisa se había "peleado el jueves anterior". Fue caminando a comprar ravioles y algo más para la cena en un supermercado chino y a una carnicería en la calle Los Pensamientos al 1200. Luego cenaron en la casa de su cuñada, que preparó la comida, hasta que llegó "Pompi" y pasaron la noche en el hotel alojamiento Ruta 26, en Pacheco al 2700.

"La cámara de seguridad que aporta la fiscalía indica que a las 19.09 la pareja de motochorros estaba en la calle Ravignani y Constitución, pero ese no era Luciano. Era alguien que estaba vestido igual, tenía la misma fisonomía, la altura, los rasgos de la cara, el tipo de pelo, aunque yo lo conocí morocho", enfatizó la abogada.

"De acuerdo al croquis, nunca podría haber estado en el horario que se indica en ese mismo lugar porque tiene 20 minutos para llegar desde las Hortensias al 1500 hasta el kilómetro 50 de la Panamericana", agregó la mujer.

Para la abogada, que presentó la planilla de celdas de un celular del sobrino del imputado para intentar justificar que su cliente no estaba en la escena del crimen cuando éste ocurrió, "si Brisa Villarreal sindica a mi cliente en el homicidio, es por una cuestión de despecho".

Sin embargo, las imágenes de las cámaras de seguridad complican de igual manera a "Lucianito" como a Brisa, pese a que en un primer momento creyeron que quien manejaba no era una chica, sino un varón.

De acuerdo a la investigación, González -que ya tenía varios antecedentes por robo- se subió a la moto del empresario, que agonizaba con un balazo en el pecho, mientras la esposa de la víctima se quejaba de la caída por un intenso dolor en las piernas. En el kilómetro 39 de la Panamericana perdió el control, se cayó y se lastimó el rostro.

Allí fue cuando volvió a montarse como acompañante de Villarreal en la Benelli verde que habían robado el 23 de octubre en la puerta de un banco. Las zapatillas de Brisa fueron reconocidas por un testigo que la conoce y que solía verlas cuando ella las colgaba en un cordel tras lavarlas.