¿Recordáis lo lejos que parecía estar a principios de siglo que las películas de ciencia ficción se fueran a hacer reales? ¿No os parece que esto ha cambiado en gran medida? Durante los últimos años, los avances en los sistemas de inteligencia artificial, la domótica y la robótica han sido sustanciales. De la noche a la mañana, podemos hablar directamente con máquinas o poner en sus manos todo tipo de labores. Esto se ha podido apreciar especialmente en el mundo de la salud y cada vez son más los sectores que, siempre bajo unas normas preestablecidas, se nutren de la tecnología más revolucionaria.

El mercado de la salud da la bienvenida a la robótica

El mercado sanitario es uno de los principales eslabones en lo que respecta a nuestra calidad de vida y el hecho de que haya progresado al ritmo al que se ha sometido es increíblemente satisfactorio. Una inmensa cantidad de ramas de la salud se han nutrido de equipos tecnológicos de última generación, lo cual permite optimizar su rendimiento y los resultados. Poco a poco, la robótica también ha empezado a cuajar y ya hay varias evidencias que lo demuestran. Un ejemplo de ello son las múltiples formas de uso de la tecnología robótica en la odontología.

El objetivo de estos robots en el campo de la odontología es imitar escenarios reales para dar una mayor experiencia a los profesionales del sector, así como a los alumnos. Es decir, actúan de conejillos de indias en aras de optimizar el rendimiento de quienes participan en el ámbito de la salud dental. De este modo, se imitan las reacciones o los posibles gestos de un ser humano para que el dentista pueda familiarizarse con sus comportamientos sin que ello suponga un daño para el paciente. La práctica-error está muy bien, pero si es con robots, mucho mejor.

Siguiendo con este ejemplo, cabe comentar que los robots no son solo objeto de estudio. También participan en los mismos tratamientos. Este es el caso de la endodoncia, donde se emplean sistemas robóticos de pequeñas dimensiones para obtener el mejor diagnóstico y llegando a conductos inalcanzables por el dentista. Por otro lado, han pasado a participar en la cirugía oral, llevando a cabo labores preprogramadas como la perforación de los huesos de forma prodigiosa. La lista sigue y sigue, siendo imposible saber hasta dónde va a llegar esta tecnología. No solo en el ámbito de la odontología, sino también en el resto de los sectores sanitarios.

Cuestiones fundamentales de la robótica en cualquier sector

Sin embargo, es importante señalar que no todo vale en la robótica. Delegar en la tecnología está muy bien y nos libera de un amplio abanico de esfuerzos; pero se ha de hacer con responsabilidad. Creemos que hay suficientes historias de ciencia ficción que nos hablan de los riesgos de depender más de la cuenta de este sector. No obstante, sin entrar en obras fantasiosas, te queremos hablar de algunas de las leyes que se han promovido desde el Parlamento Europeo. Una respuesta directa al increíble avance de la IA y la robótica en general.

Lo primero y más importante es proteger al ser humano de cualquier daño que pueda ser ejercido por un robot. Es decir, la prevención como punto de partida. De igual manera, el paciente puede rehusar de recibir asistencia virtual o robótica y quedarse con la tradicional. Algo clave entre las personas mayores. Asimismo, la privacidad y la gestión de datos personales (no son pocos en centros hospitalarios y clínicas sanitarias) deben quedar transversalmente blindadas.

Con todo esto en mente, ya podrás respirar con tranquilidad sabiendo que, pase lo que pase, la tecnología siempre estará al servicio de la sociedad. Los centros asistenciales cada vez se animan más a dar este paso hacia la robótica, lo cual está dejando un gran abanico de evidencias positivas en lo que respecta al bienestar colectivo. Porque cuidarse es fundamental y los últimos avances hacen que sea más sencillo que nunca.