Con Massa desinflándose día a día, los jefes peronistas del GBA se alarman y buscan candidato: ¿otra vez Scioli?
En el Gran Buenos Aires hay 28 municipios, repartidos en tres cordones y dos grandes regiones electorales de más de 8 millones de almas, cuyos votos definen el resultado provincial y son clave para la presidencial.
La Primera Sección comprende el Norte y buena parte del Oeste; y la Tercera incluye La Matanza y el Sur. Casi todos ellos son gobernados por el mismo escudo desde el retorno de la democracia: el del sol con un ojo abierto, laureles, una pica y el gorro frigio. El peronismo y sus vertientes, desde la trunca renovación cafierista de los ’80, un Menem que nunca logró hacer pie en el Conurbano, el poder de Duhalde y la billetera kirchnerista.
Este año se cumplen cuatro décadas de las elecciones que pusieron fin a la dictadura. Y quizás sea en este 2023 el año en el que los jefes del GBA más inquietos están por la falta de un líder que los ordene y, sobre todo, un candidato a presidente que al menos retenga los votos peronistas y les permita conservar el poder de sus municipios.
"Un mal candidato a presidente nos puede costar no solo la provincia sino hasta un tercio de las comunas que manejamos. Espero que en esa extraña mesa que acaban de inaugurar se discuta esto. Todo lo demás es cotillón para la pelea entre Cristina y Alberto", señala el mandamás de uno de los municipios más populosos que supo ganarle a Cambiemos por más de 45 puntos y desde hace ya varias elecciones esa diferencia se viene deshilachando a un ritmo que empieza a preocupar.
¿A qué candidatos a presidente le temen los jefes del GBA? A cualquiera que no les garantice una tracción de votos. "O por lo menos, una figura que no nos ensucie la sábana. Estamos hablando de la punta de la boleta que es la candidatura a Presidente. Un mal candidato a gobernador, se puede pelear. Pero el Presidente es casi definitorio en muchos de nuestros municipios", asegura otro intendente, del Segundo Cordón.
¿Nombres? A nadie se le va ocurrir esbozar ni una inicial en público. Pero con los números de hoy, los caciques del PJ -incluso los muy pocos y más cercanos a la Casa Rosada- confluyen en rechazar la postulación de Alberto Fernández.
No hay un intendente que ante Clarín se muestre expectante con Alberto liderando la lista. "En la pelea con La Cámpora, salvo Martín (Insaurralde) y alguno más, todos estamos más cerca del Presidente. Pero esto es una cuestión de números, y mide mal. No hay vuelta. Ojo, que Wado no mide mucho mejor y, lo peor, sigue teniendo un desconocimiento alto en las barriadas, donde nosotros hacemos diferencia", reconoce un alcalde, esta vez del Oeste más lejano a la Capital.
Los candelabros que hace seis meses visten la mesa donde se reúne La Liga de Intendentes tienen velas que se encienden en nombre de Sergio Massa. Pero esas aspiraciones que le renovaron el ánimo a mucho de ellos se va apagando de la mano de una inflación que el Ministro de Economía no logra domar.
Varios de ellos siguen sin entender qué fue lo que le pasó a Massa para autoflagelarse "con esos malditos 3 y pico de puntos de inflación que prometió para marzo". Sentencian que cualquier número arriba de ese compromiso, aunque efectivamente muestra una tendencia a la baja, va a ser leído como fracaso.
Como en una carrera de embolsados, hay una media docena de municipios peronistas del Gran Buenos Aires donde se avizora una definición cerrada. En la misma Liga de Intendentes peronistas señalan a Morón, Quilmes, Ituzaingó y San Martín.
También Tigre (donde el Concejo Deliberante está en manos de la oposición y, trascartón, hay un enfrentamiento al parecer sin retorno entre el intendente Julio Zamora y Sergio Massa. Además señalan a Hurlingham, donde nadie se anima mensurar el daño que ocasionará la batalla desatada entre Juanchi Zabaleta y La Cámpora, que parece dispuesta a que el municipio quede para la oposición antes de que el ex ministro de Acción Social logre la reelección.
En esa línea, la mayoría de ellos empezó a medir a Daniel Scioli. Cosas del destino, una vela para Massa y otra para su enemigo número uno. En general, los alcaldes coinciden que "por esas situaciones incomprensibles de la vida" (según admite un intendente que supo colaborar en el Gabinete del ex gobernador), Scioli sigue midiendo relativamente bien y es uno de los pocos que retiene el voto peronista.
A seis meses de las PASO y con mucha -demasiada- agua corrida bajo el puente desde 2019, para los intendentes ni siquiera pueden ser tomados como referencia los números de aquella elección que llevó a Alberto Fernández a la Casa Rosada y Axel Kicillof a la Gobernación.
En esa ocasión, hubo municipios donde viejos caudillos sacaron diferencias abismales como, por ejemplo, Juan José Mussi con 42 puntos de ventaja (66% a 24%) sobre Juntos por el Cambio en Berazategui, Alejandro Granados con 38 (63 a 25) en Ezeiza o Fernando Espinoza con 40 (64 a 24) en La Matanza.
“Ahora, que todos se olviden de esos números", dicen desde una intendencia del Oeste. "Está para pelearla en algunos lugares y ganar en otros -advierten- pero no con esas diferencias que pueden definir las elecciones en Provincia y ayudar en la nacional”. /Clarín