Medios26/02/2023

Con $30 mil compró un Fiat 600, se encerró 12 días en el taller y creó esta obra de arte

Por TN.- A una velocidad no mayor a 40, Adrián Lisardía pasea por las rutas del país, pero no lo hace de forma disimulada. Quienes lo crucen, pueden ver fácilmente el interior de su auto. Allí, tranquilo a pesar de saber que todas las miradas se dirigen a él, el hombre viaja junto a su perro en el Fiat 600 que restauró completamente. Podría ser una obra de arte, pero no es solo eso, porque su dueño también lo usa como su medio de transporte.

Adrián tiene 37 años y vive en Coronda, a 47 kilómetros de la ciudad de Santa Fe. Hace seis años, cuando residía en un pequeño pueblo de la provincia de Entre Ríos, comenzó a trabajar como herrero. “Me di cuenta que tenía una habilidad natural, porque para mí era simple hacer figuras”, explicó a TN.

Cinco años después, ya viviendo en la ciudad santafesina, Adrián hizo realidad uno de sus mayores sueños. “Tenía una idea en la cabeza y pensé ‘Si no lo hago ya ¿cuándo?”. Guiado por el impulso, comenzó a fabricar la “rejaneta”. Ahorró, compró un auto Fiat 600 a unos $30.000, lo hizo arreglar con un mecánico conocido y le creó una nueva carrocería. El vehículo no estaba en las mejores condiciones, por lo que debió invertir dinero para volverlo a poner en funcionamiento. “Lo encontré puesto en venta pero ya casi tirado abajo de un árbol”, recordó.

Una vez que aseguró el funcionamiento del vehículo, comenzó su trabajo y se encerró 12 días seguidos en su taller. “Fue un laburo intenso, de muchas horas”, recordó. Reemplazó todos los plásticos, por figuras hechas con hierros de 10, 8 y 6 milímetros. “Había visto por internet que en Estados Unidos habían hecho algo similar con un auto estilo Escarabajo y me inspiré en eso”, explicó.

Lo primero que trató de hacer Adrián fueron las piezas sobre el auto, pero se dio cuenta de que eso no era posible. “Era complicado doblar el hierro sobre el auto y unir las partes”, aclaró. Por eso, debió tomar las medidas y las formas del vehículo, después hacer las piezas de hierro sobre la mesa de trabajo y luego encastrarlas como si fuese un rompecabezas. De esa manera, cuando los “rulos”, es decir, las figuras con hierro que rodean al auto, estuvieron listos, los colocó.

Antes de que el Fiat 600 estuviera terminado del todo, sin los asientos y sin pintar, salió a dar una vuelta por su barrio en Coronda. “Hice unas cuadras y ya la gente me sacaba fotos y me grababa”, contó. Ese mismo día, a su hermana le llegó un video que le reenvió. Desde ese momento, supo que nunca más pasaría desapercibido.

El furor del Fiat 600 en Santa Fe

El auto de Adrián tiene toda la documentación requerida y funciona a la perfección, por lo que lo usa para viajar. Por supuesto, siempre depende del clima. Cuando llueve o hay demasiado viento, viajar es casi imposible.

Muchas personas se lo cruzan en las rutas. “En las estaciones de servicio que paro, la gente se junta alrededor del auto para sacarse fotos y demás”, describió el hombre y dijo: “Yo ya me acostumbré”. Con su auto, ya viajó a varias provincias argentinas y participó de diferentes exposiciones. “Me invitan de todos lados y, a dónde puedo, voy”, contó.

Además, tuvo varias ofertas de personas que querían comprar su pieza. Adrián contó que nunca trató de hacer un modelo igual, a pesar de que se lo pidieron. Comentó que ahora está tratando de venderlo, porque quiere hacer algo más importante y único. “Tengo una idea en la cabeza de hacer otro tipo de auto y con una carrocería con más detalles”, explicó. “Es algo que me da vueltas en la cabeza hace mucho y mi idea es vender este auto para comenzar a trabajar en el otro”, aclaró. “La nueva sí sería una pieza única a nivel internacional porque tendría materiales que nunca vi combinados”, adelantó.

Para ponerle un precio a su modelo único, consultó con varias personas del rubro. Todos le dijeron precios que para él, eran muy caros. Todavía está pensando qué hacer con su primer auto, pero mientras idea su nueva pieza.

El sueño hecho realidad

Adrián estima mucho la pieza que creó hace apenas un año y le cuesta desprenderse, pero asegura que quiere superarse, crecer. Recuerda que todo nació con el deseo de pasear en un auto así, tranquilo y junto a su perro. Ese sueño ya lo hizo realidad y ahora irá en busca de otro. “El Fiat 600 ya me dio muchas alegrías, sobre todo cuando veía las reacciones de la gente”, expresó.