Nacional11/03/2023

De película: interceptan el helicóptero en que un capo narco de Los Monos de Rosario se iba a fugar de la cárcel

De película. Esteban Alvarado, uno de los narcos más poderosos de Rosario, rival de la banda de Los Monos, intentó fugarse de la cárcel de Ezeiza, con la ayuda de un helicóptero y un grupo comando que colaboró en su plan para escapar de ese penal federal, según informaron fuentes del Ministerio de Seguridad de la Nación.

Tras el operativo de la Policía Federal Argentina (PFA) hay cuatro sospechosos detenidos, quienes habrían participado del plan de fuga, que Alvarado planificó durante seis meses, con cómplices que estaban fuera de la cárcel.

La investigación, de la que participaron la fiscal federal Cecilia Incardona y la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), a cargo del fiscal Diego Iglesias, comenzó el 2 de marzo pasado, cuando se descubrió que Alvarado compró un helicóptero en Paraguay, que luego guardó en un hangar de la localidad de Gualeguaychú.

Según la declaración del testigo, Alvarado quería que lo rescaten con el helicóptero cuando estaba en uno de los patios del penal de Ezeiza.

Con esa información, detectives de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la PFA y personal del Servicio Penitenciario Federal (SPF) desplegaron “un complejo y coordinado operativo” de seguridad en el que se detectó, previno y frustró la fuga del penal de Ezeiza del capo narco rosarino, que incluía como elemento central para la fuga, un helicóptero que fue secuestrado junto a otros elementos importantes.

Según el Ministerio de Seguridad, durante los últimos días, en hermético silencio y coordinación, la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la PFA, con la colaboración de las Direcciones de Seguridad y de Inteligencia Penitenciaria del SPF, y la Procunar detectaron y frustraron un plan de fuga que permitió la detención de peligrosos narcotraficantes que integran el círculo de confianza de Alvarado, que cumple condena a prisión perpetua en el Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza.

Los investigadores lograron obtener información de inteligencia criminal que permitió conjurar un plan que llevaba más de 6 meses de planificación y que implicó la compra de un helicóptero en el extranjero mediante complejas maniobras de lavado de activos.

Los detalles del operativo se mantuvieron en estricta reserva para garantizar su éxito y la seguridad de todos los integrantes de las fuerzas intervinientes. Además de las detenciones y el secuestro del helicóptero, se allanaron diversos domicilios en varias provincias, se realizaron requisas en la cárcel federal de Ezeiza y se hicieron allanamientos en un aeródromo privado.

El helicóptero fue interceptado por la PFA en Moreno, según explicaron fuentes judiciales.

“Se secuestraron armas, automóviles, elementos tecnológicos y gran cantidad de dinero en efectivo”, dijeron fuentes judiciales. Las detenciones y operativos fueron ordenados por el juez federal Ernesto Kreplak.

¿Cómo era el plan para fugarse del penal de Ezeiza? Alvarado adquirió un helicóptero en Paraguay. El helicóptero que compró fue guardado en un hangar en Gualeguaychú, en Entre Ríos, a la espera del momento de la fuga.

La orden que le había dado Alvarado a su contacto era que tenía que acercarse a uno de los patios del penal de Ezeiza y descender sin tocar el suelo. Él y otro recluso se subirían a la aeronave y volarían hasta General Rodríguez.

El plan de escape diagramado por Alvarado, que estaba próximo a implementarse, debió ser abortado a último momento como consecuencia del procedimiento judicial que se desarrolló en esa misma jornada dentro de la unidad penitenciaria en la que se encuentra alojado.

Se conocía de antemano que la irrupción en el lugar de las fuerzas de seguridad tornaría inconveniente e impracticable en los hechos)el plan de evasión previsto para esa jornada.

Ello explica la certeza que tenían los funcionarios judiciales respecto de que el proyecto de Alvarado finalmente sería abortado, neutralizando cualquier posibilidad de que se evada y resguardándose en simultáneo la seguridad del denunciante. /La Nación