Odontólogo acusado de abuso sexual: "Te haría un piercing en los pezones"
Aunque se habla de cuatro víctimas, el profesional fue imputado por las denuncias de dos jóvenes, una de ellas refirió hechos de reciente data.
Las acusaciones de abuso sexual contra el odontólogo Marco Adrián Abrebanel, cuyo caso se convirtió en noticia nacional por haberse mantenido prófugo por dos semanas hasta que se entregó el viernes pasado, fueron finalmente formalizadas por la fiscalía 1 de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual.
Este medio tuvo acceso a dichas actuaciones, de la que surge el relato brindado por las dos víctimas que denunciaron formalmente al profesional de 39 años, quien atendió a las dos denunciantes en el consultorio de calle 20 de Febrero al 300, inmueble que fue blanco de hechos vandálicos al salir a luz las acusaciones.
Según surge del decreto de imputación, iniciada en base a las averiguaciones preliminares, el odontólogo fue imputado por los delitos de abuso sexual simple, en concurso real con acceso carnal en perjuicio de dos víctimas.
InformateSalta accedió a parte de las declaraciones de una de las adolescentes, quien relató los episodios de abuso que sufrió el 6 de febrero pasado, a las 17 horas, cuando asistió a un turno con el acusado. Contó que Abrebanel, cuando ella estaba en la camilla, comenzó a realizar comentarios inadecuados y relacionados a tatuajes y piercing.
“No sos tímida con tu cuerpo…, te haría un piercing en los pezones…sabés que la gente se hace donde le gusta”, fueron algunas de las expresiones que la paciente, de 15 años, recordó mientras estaba en la camilla y con la boca abierta.
Al terminar la práctica, la joven se paró para marcharse, pero el odontólogo le cerró el paso y la acorraló contra un escritorio, para luego comenzar a manosearla debajo de la ropa, tanto en los senos como en sus genitales, lo que llevó a la menor a defenderse, pero dada la superioridad física no pudo zafar.
Lejos de contenerse, y en una demostración de impunidad, el acusado la retuvo a la vez que le pedía fotos íntimas. Luego, la derribó en el suelo, quedando la joven sentada, mientras Abrebanel se sentó en una silla, se desabrochó el pantalón y sacó su miembro viril, obligándola a que le practique sexo oral.
Humillación y violencia
Tras someterla, la ayudó a levantarse, le volvió a pedir fotos y procedió a lavarse las manos, mientras le reiteró a la adolescente que no vaya a decir nada de lo sucedido a su madre. “Tenes que venir de dos a tres veces más, no te digo por esto, sino por el arreglo de tus dientes”, le especificó casi en tono de burla.
Totalmente en shock, la menor se marchó y tardó varios días en revelar lo sucedido a sus padres, quienes luego de asistirla y darle contención, pudieron conocer todo lo ocurrido, lo que motivó la denuncia en contra del profesional, radicada el 6 de marzo pasado, día en que Abrebanel se dio a la fuga.
Sobre esta denuncia, el fiscal Federico Obeid sostuvo que el acusado “realizó actos de tocamientos impúdicos y libidinosos, de claro contenido sexual sobre el cuerpo de la menor”, tocándole sus partes privadas y en contra de su voluntad. Para ello, la “acorraló contra un escritorio, esto es, haciendo uso de fuerza”.
“Posteriormente, accedió carnalmente, vía oral, a la menor, haciendo uso de la violencia”, agregó el fiscal, quien en base a estos hechos justificó la imputación por los delitos mencionados, cuya escala penal parten de un mínimo de 6 años a un máximo de 20.
Por esta razón, también se dispuso la prisión preventiva del acusado, quien, por el momento, prefirió no prestar declaración, aunque no se descarta que lo haga más adelante, pues su defensa ya adelantó que tiene previsto presentar pruebas, entre ellas la filmación de una cámara de video que desvirtuaría las acusaciones en su contra.
El abogado Luciano Romano, en representación de las víctimas, confirmó el acto de imputación a Abrebanel, como así también que seguirá detenido.
Respecto a la cámara de video, sostuvo que se trataría de un dispositivo que se encuentra en la parte externa del consultorio, por lo que le restó valor probatorio.