Ni la pésima campaña del Bla bla, ni la encuestadora trucha funcionaron
Una campaña publicitaria que nadie entendió, que estuvo mal planteada y que evidentemente lejos de sumar restó. Tampoco la mentira y manipulación de información fue una herramienta que logró revertir lo que todos, menos algunos, presagiaban.
La campaña del Bla bla bla, mal conceptualmente y pésimamente ejecutada por parte del equipo de Bettina Romero demostró que tuvo el efecto contrario. No logró desprestigiar a su principal rival, Emiliano Durand, sino que llevó confusión. Decir que nosotros hacemos mientras otros hablan, puso sobre el tapete si lo que decían era cierto.
La ciudadanía comprendió que no basta con hacer un mes antes de las elecciones. Tampoco recorrer o acercarse a los vecinos sobreexponiendo una gestión para lograr el cariño y la adhesión previo a la elección. Es algo que se construye todos los días.
La gente valoró el trabajo silencioso y de años de alguien que obviamente no podía hacer porque no estaba en gestión, pero que atinó en resaltar los errores claves de la intendenta: no comprendió las prioridades de los vecinos, le faltó criterio, humildad y sentido común.
Todo eso con empapelar la ciudad no se cambia, polarizar con un rival más fuerte no fue bueno, y considerar que a la gente se la puede convencer a la fuerza con un exceso de obras a días de las elecciones es un modelo arcaico que ya no funciona.
“Escenarios” que no se dieron
Tampoco funciona pagar a “encuestadoras” para tratar de convencer a un electorado en base a una mentira. Este modelo, que ya se ha demostrado elección a elección que no sirve, fue empleado otra vez en la campaña de la intendenta. A los creativos que proponen esto, a los candidatos que aceptan y a las empresas que se inmolan por plata tirando su “prestigio” o “reputación” por la borda, les queda ahora la desazón y el darse cuenta.
La encuestadora elegida decía que Bettina Romero marchaba primera con 34,8 puntos, su principal competidor era Emiliano Durand con 29,26 puntos, Felipe Biella, de Avancemos aparece con 6 puntos y Matías Posadas, de Juntos, tiene 2,14 de intención de voto.
Esta información difundida por Escenarios, una “consultora” de Pablo Touzón y Federico Zapata, fue ampliamente operada en esta elección en Salta, difundida a más no poder por medios afines, y en redes sociales. Si el equipo de campaña la tomaba como cierta, obviamente le iban errar. No hay peor necio que el se cree su propia mentira. Porque con un mal diagnóstico, peor puede ser el tratamiento. Y en el círculo íntimo de la intendenta estaban convencidos que ganaban. Se creyeron su propia mentira.
Será tiempo de análisis y reflexión, tratar de entender por qué estando en gestión y con todos los recursos a disposición no logró meter ni un concejal en esta elección. Sólo 1 de cada 5 votantes aprobó a la primer mujer intendenta de la historia de Salta. Una gestión que dijo vino a transformar la ciudad pero al parecer a nadie convenció. Una gestión que se despide diciendo que "el intendente electo encontrará una ciudad mucho mejor de lo que nosotros encontramos”, cuando el antecesor es el propio Gustavo Sáenz, que se fue de la intendencia en 2019 con un altísimo nivel de aprobación, que ese año ganó la gobernación y ahora resultó reelecto con casi el 50% de los votos.
La falta de humildad y autocrítica es algo muy llamativo, pero no hay que hacer leña del árbol caído.