¿El césped artificial afecta el rendimiento de los jugadores de fútbol?
Los campos de césped artificial han revolucionado la industria del deporte durante los últimos 20 años. Fútbol, ​​rugby, hockey, tenis y golf se han beneficiado de la introducción de estos campos en sus instalaciones tanto a nivel profesional como básico, con clubes en todo el país.
Pero este no siempre ha sido el caso. El césped artificial aún enfrenta críticas debido a la creencia arraigada de que no está “a la par” de jugar en una superficie de césped natural, generalmente debido a una mala experiencia de juego en las primeras canchas que aparecieron con césped artificial allá por los años 1990.
Avances en la tecnología del césped artificial
En la actualidad los campos de césped artificial que se están fabricando e instalando son lo más parecidos al césped real que se puede conseguir.
Los avances tecnológicos en la fabricación de césped artificial han dado lugar a desarrollos de hilos que ahora imitan el césped real. Por ejemplo, cuando está bajo presión, el hilo de algunos modelos de la última tecnología, conocida como cuarta generación, se retuerce y dobla, como lo haría la hierba, para crear una acción de rebote que no genera puntos débiles en la fibra.
Con esto creamos una experiencia que refleja mejor lo que ofrece una cancha de césped artificial, brindando a los jugadores la oportunidad de practicar en condiciones de juego parecidas a lo que experimentan el día del partido.
Riesgo reducido de lesiones
Existe una preocupación entre muchos jugadores con los campos artificiales: la percepción de un mayor riesgo de lesiones.
Existe una idea preconcebida de que estos campos son duros para los pies, lo que provoca lesiones articulares de alto impacto. Nuevamente, este no es el caso. Una investigación publicada en el British Journal of Sports Medicine concluye que no hay evidencia de un mayor riesgo de lesiones cuando se juega fútbol en césped artificial en comparación con césped natural.
Hay diferentes capas en la base de una cancha de césped sintético, que incluye capas de amortiguación y relleno de migas de goma. Esto aporta un efecto de amortiguación que garantiza la absorción de impactos y crea una superficie de juego suave, nivelado y resistente, lo que de hecho reduce la posibilidad de lesiones.
Un campo para todo tipos de clima
Los campos de césped sintético se amortizan durante los meses de invierno. Las temperaturas más frías pueden provocar campos de césped natural duro y helado. No obstante el césped artificial proporciona una superficie homogénea para que los jugadores puedan entrenar lo misma que durante los meses de verano”.
Campo de césped artificial en acción
Desde la perspectiva del entrenador, un reconocido técnico dice que el campo de césped artificial del club ha mejorado el rendimiento de los jugadores.
“Antes no era posible entrenar diariamente en el campo principal, sobre todo si había partido la noche anterior o si llovía mucho. Pero ahora tenemos sesiones diarias en las que mis jugadores pueden jugar fútbol rápido, emulando experiencias de partido, para que estén listos para cada partido.”
Los que han podido jugar personalmente en césped artificial de estilo antiguo, podrían estar preocupados que no fuera tan bueno como el césped natural. No obstante las canchas con césped artificial que tenemos ahora son lo más parecido al césped natural que se puede imaginar.
Mirando hacia el futuro es probable que la innovación continúe. Inspira mucho optimismo ver cómo podemos seguir avanzando en los campos de césped artificial, pasando a la próxima generación de superficies para permitir a los jugadores rendir al máximo, así que estén atentos a este espacio.