Cobre: Podría generar una revolución económica que impacte en varias generaciones
Entre los potenciales minero que existen en Salta, el cobre es uno de ellos, y en sentido el proyecto en cartera de First Quantum, Taca Taca avanza en la puna salteña y promete un impacto económico generacional, aseguró su vicepresidente, Carlos Ramos.
En una entrevista con Panorama Minero explicó que el emprendimiento podría significar una revolución económica y social que, inclusive, puede incluir a más de una generación de salteños.
Hace dos años informaba que Taca Taca era una mina de cobre para ser construida, ¿el proyecto ha alcanzado un mayor desarrollo?
El proyecto Taca Taca está en instancia de Prefactibilidad. Si bien todavía no tenemos aprobado el Informe de Impacto Ambiental, hemos avanzado mucho en algunas actividades que consideramos indispensables, como por ejemplo el trabajo en las servidumbres de acuerdo de caminos y electricidad. Se trata de permisos sectoriales, y entendemos que haya dudas, objeciones e incluso ampliaciones por parte del gobierno provincial; desde nuestro lugar tratamos de satisfacer toda la necesidad de información. Consideramos que, muy a la brevedad, podríamos incorporar toda la información solicitada. A esto debemos sumar los programas perforatorios. En resumen, se trata de un trabajo continuo y permanente.
¿Qué significa Taca Taca en el portfolio de First Quantum?
First Quantum es uno de los principales productores mundiales de cobre, con minas en producción en diferentes países, como Panamá, Turquía, Zambia, España, Finlandia, Mauritania y Australia. En este momento, Taca Taca es el principal proyecto en cartera, ello demostrado por el interés de la empresa y de los ejecutivos que nos visitan, así como por el asesoramiento que brindan y el aporte de su conocimiento a las personas que están aquí en Salta.
¿Taca Taca podría significar una revolución económica y social de Salta?
La entrada en producción de Lindero representa, aproximadamente, unos US$200-US$220 millones en concepto de exportaciones de oro, a lo que se sumarán los proyectos de litio. Pero, con la entrada en producción de Taca Taca, y de la mano de una producción anual de unas 275.000 toneladas de cobre en concentrado, se sumarían solo con este proyecto unos US$2.000 millones anuales en materia de exportaciones. Este proyecto, que contempla un costo de construcción inicial estimado de los US$3.600 millones y con una vida útil de 32 años, puede significar una revolución económica y social que, inclusive, puede incluir a más de una generación de salteños.
¿Qué estimaciones se manejan en cuanto a consumo hídrico y energético?
El consumo promedio de agua es de unos 750 l/s, y las solicitudes de permisos de uso de agua ya han sido presentadas en la Secretaría de Recursos Hídricos. Se utilizarán fuentes de agua subterránea en la Cuenca del Salar de Arizaro y cercanas, tanto de agua fresca como salmuera.
En materia energética, se estima que la demanda total de energía para mina, instalaciones de procesamiento e infraestructura sea de 240 MW. Se considera la construcción de una Línea Eléctrica de Alta Tensión de 123 km de extensión y 345 kV.
¿Qué tareas se ejecutan en materia de comunidades? ¿Cómo manejan las expectativas?
Nos encontramos en la zona de Tolar Grande, donde hemos ejecutado un trabajo muy intenso en ese municipio, sumado a otras localidades como San Antonio de los Cobres. Básicamente, nos estamos manejando con dos instrumentos ordenatorios de la provincia: los monitoreos participativos y las mesas sociales. En el caso de los monitoreos, se trata de controles a las actividades de la compañía minera, como por ejemplo el caso del medioambiente, donde se invita a comunidades originarias y a la población del municipio.
A su vez, las mesas sociales son eventos donde se informa qué actividades realiza la empresa minera, cómo las ejecuta, los planes que se tienen, entre otros. Es algo en lo que estamos trabajando en forma muy intensa, hasta el grado de que la comunidad originaria y pobladores de Tolar Grande se trasladaron para visualizar nuestras perforaciones de agua, una cuestión muy delicada. En ese espacio se aseguraron de qué estábamos haciendo con el agua, que no la estábamos consumiendo, sino que estaba destinada a un trabajo de exploración: los miembros de la comunidad se trasladaron para observar, lo entendieron, y se les explicó. Las mesas sociales son ámbitos de discusión de estos planes, y eso es permanente.