Sus amores de juventud, el golpe en Argentina y su salud: aparecen los primeros fragmentos de la autobiografía del papa Francisco
El Papa Francisco sabe que cuando estuvo hospitalizado "algunos pensaban en el cónclave" de cardenales para sucederlo, más que en su recuperación, según afirma en su autobiografía, "Life. Mi historia en la Historia", de la que el Corriere della Sera publica este jueves extractos en primicia mundial.
Cuando estuvo hospitalizado, "algunos estaban más interesados en la política, en hacer campaña, casi pensando en un nuevo cónclave. ¡Tranquilos, es humano, no hay por qué escandalizarse!", sostiene Francisco en el libro.
"Cuando el Papa está en el hospital hay muchos pensamientos, y también hay quienes especulan para beneficio propio o para aparecer en los periódicos", explica.
Sin embargo, reafirma que nunca pensó en renunciar. "Creo que el ministerio petrino es ad vitam y por eso no veo condiciones para una renuncia. Las cosas cambiarían si surgiera un impedimento físico grave, y en ese caso ya he firmado la carta con la renuncia que está depositada en la Secretaría de Estado. Si esto sucediera, no me llamaría Papa Emérito, sino simplemente Obispo Emérito de Roma, y me trasladaría a Santa María la Mayor para volver a ser confesor y llevar la comunión a los enfermos".
El covid
También recuerda que actuó rápidamente para evitar contagiarse de covid.
"Cuando llegó la primera vacuna al Vaticano, me anoté inmediatamente y luego también me di las dosis de refuerzo y, gracias a Dios, nunca me contagié", sostiene.
El Pontífice habla de sus orígenes italianos ("el piamontés fue mi primera lengua materna") y de su juventud en paralelo a los grandes acontecimientos de la historia, como las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki: "El uso de la energía atómica con fines bélicos es un crimen contra el hombre, contra su dignidad y contra cualquier posibilidad de futuro en nuestra casa común", ataca.
Francisco también dice que como jesuita le hubiera gustado ser misionero en Japón, pero que no fue autorizado por sus condiciones de salud: "Si me hubieran enviado a esa tierra de misión, mi vida habría tomado un rumbo diferente y tal vez alguno en el Vaticano hubiera estado mejor que ahora", provoca.
Sus amores de juventud
El Papa también repasa sus amores de juventud, el golpe de Estado en Argentina ("fue un genocidio generacional") y las acusaciones en su contra ("eran "la venganza de algún siniestro"), su exilio en Córdoba como castigo, su relación con Ratzinger y los días del cónclave de 2013.
Finalmente, define a los abortistas como "asesinos a sueldo", al tiempo que abre una "cobertura jurídica" para las parejas homosexuales que "viven el don del amor". Y habla de la promesa que hizo en 1990 de no volver a ver televisión.