Gobierno25/04/2024

El Gobierno introdujo una reforma laboral limitada y retrocedió frente a los sindicatos

La batalla del Gobierno contra los sindicatos se frenó. Tras una una interminable serie de reuniones de último momento, el oficialismo y la oposición dialoguista consensuaron un nuevo texto de la “ley de Bases” en la que se incorpora una “modernización laboral” acotada. Si bien se contemplan muchas de las reformas que el Presidente impulsó en el capítulo frenado por la Justicia del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023, se quitaron los artículos resistidos por los sindicatos, entre ellos el de la llamada “cuota sindical”.

Esta definición se tomó en la antesala de la convocatoria al plenario de comisiones que hoy dictaminará las iniciativas de la administración libertaria. La reforma laboral puso un freno al avance de las negociaciones y el oficialismo propuso elevar una contrapropuesta sobre este tema para intentar salvar las diferencias. En definitiva, cedió para evitar una nueva postergación y lograr la media sanción del paquete de leyes entre el lunes y martes de la semana próxima.

A principios de abril, la cúpula de la CGT se reunió en la Casa Rosada con el ministro del Interior, Guillermo Francos; el jefe de Gabinete, Nicolás Posse; y el asesor presidencial, Santiago Caputo. En esa cumbre, la reforma laboral fue la columna vertebral de la conversación, y a la que la tríada sindical le dio el visto bueno siempre y cuando sea una “versión light”. Por eso, el último borrador de la “ley de Bases” que el Gobierno le remitió a los legisladores, donde se replicaba, con pocas modificaciones, el capítulo entero de reforma laboral, enfureció a los gremios.

Frente a este panorama, el diputado Miguel Ángel Pichetto, de Hacemos Coalición Federal, avisó que no acompañaría la nueva versión de la reforma laboral. “Cuando te sorprende un domingo por la noche el señor [Julio] Cordero, secretario de Trabajo, y vienen con 60 artículos (de la reforma laboral)... no, eso no lo voy a votar. Eso nunca estuvo en el diálogo’”, despotricó en declaraciones radiales. Según pudo saber LA NACION, la intención del legislador, así como de parte de su bloque, es postergar la discusión con los sindicatos una vez que se haya conseguido la sanción de las iniciativas que impulsa el Poder Ejecutivo.

El radicalismo, autor de uno de los proyectos de reforma laboral más ambiciosos, anticipó al Gobierno que solo votaría la nueva “ley de Bases” si se incorporaba en el texto este capítulo. Argumentaban su insistencia en la demanda del sector de las pequeñas y medianas empresas para flexibilizar las condiciones de contratación previstas en la ley. Este bloque, con 34 miembros, es clave para asegurar el quorum y la aprobación del proyecto en el recinto.