Una rata le mordió la nariz en el hospital de Tartagal: "Fue como un apretón, me estaba sangrando"
Un hecho curioso pero que preocupa a la comunidad de Tartagal es la presencia de alimañas y roedores entre medio de los pacientes del nosocomio. Se trata de un lugar que debiera ser sumamente pulcro o cuidado para evitar complicaciones en las distintas patologías.
La mujer contó detalles de la situación. "Ya se va cumplir un mes que estoy cuidando mi marido. Me quedo a dormir en las noches para cuidarlo, tiene poca movilidad por un problema en su pie. Esa noche yo me acosté, tipo 22.30, me dormí y sentí el mordisco en la nariz y logré ver que la rata bajaba y fue para el baño, me dejó los dientes en la nariz".
El episodio fue en uno de los cuartos del nosocomio Juan Domingo Perón de Tartagal, el último lunes de mayo "Iban a ser las 22.30 de la noche, desde que llegamos acá vimos en la noche, empezó a salir. Era más grande que un celular. Salía en las noches, mi cuñada dejó la mochila y quedó un pan en la mochila, y moví accidentalmente la mochila y salió la rata, pero además dejó un hueco, también mascó bolsas y ante que pase esto, un día a la madrugada, estaba en el pie lesionado de su marido, por suerte está tapado".
Describió el hecho con cierto humor "Era el beso de las buenas noches, más bien mordisco de las buenas noche. Fue como un apretón, perforó. Yo me levanté y ya me estaba sangrando y me lavé. Una doctora de ronda le comenté y lo único que me dijo 'tenés el sueño pesado' no me creyó".
Finalmente, la mujer confirmó que fue asistida por personal médico, que le hizo análisis de sangre de orina, inyectables y recibió vacunas para prevenir cualquier infección o el virus del hantavirus.
"Yo estoy bien, no tuve fiebre. A pesar de que me estuve asesorando de cuales son los síntomas del hantavirus pero bien", dijo por República.
En cuanto a la desinfección del lugar, en el que continúa cuidando a su marido, dijo que desconoce que fue de la rata, pero a ellos los cambiaron de habitación, supuestamente porque iban a poner veneno.
Por último la mujer explicó que el roedor entraba por un hueco de la pared más uno que había en el techo.