"Un mal tipo": fue campeón con Los Leones en 2016, se hizo alemán y festejó su gol contra la Argentina en forma desaforada
El duelo por cuartos de final del hockey masculino entre los Leones y Alemania traía un condimento especial desde la previa: Gonzalo Peillat, campeón olímpico con Argentina en Río de Janeiro 2016, es una de las figuras de los europeos, a los que se sumó tras un conflicto con la Federación local y luego de nacionalizarse. A ese contexto hay que anexarle otro detalle que alimentó el morbo: es el cuñado de Thomas Habif, quien también se desempeña en la Bundesliga, pero sigue defendiendo la Albiceleste.
Pues bien, ese nivel de tensión se elevó cuando Pellat anotó el 2-1 para Alemania tras hacerse cargo de un córner corto. Y celebró desaforadamente su conquista. Primero, abriendo sus brazos a la espera del abrazo de sus compañeros. Y Luego, dando un salto y llevando el puño hacia el cielo. Enseguida, se convirtió en primera tendencia en la red social X (antes Twitter) a raíz de la ola de críticas que recibió de los fanáticos argentinos, que marcaron que “se olvidó de sus orígenes”.
Los ojos del mundo se habían posado sobre él ya en los himnos. Entonces, las cámaras lo mostraron luego de que los argentinos cantaran el suyo con emoción. Peillat allí se mantuvo concentrado, sin atinar a hacer ningún gesto, aunque notoriamente incómodo.
El deportista, de 31 años decidió renunciar a la selección argentina en 2019 debido al “mal manejo que había en el hockey argentino”, según indicó en una entrevista. Inmediatamente después de su decisión, Alemania le ofreció representar al país mientras jugaba en el Manheimer HC. Fue en 2020. El defensor integró a Los Leones durante ocho años y marcó 176 goles en 153 partidos.
El jugador reflexionó entonces sobre el complejo proceso que vivió antes de tomar la decisión. “Llega un momento en el que se te van las ganas de estar todo el día chocando la cabeza. Lo tuve que pensar mil veces con mi familia, pero al mismo tiempo no lo podía hablar con casi nadie”, dijo. Además, expresó sus preocupaciones: “No fue nada fácil, porque pensaba qué iba a decir la gente o qué iba a pensar un jugador alemán de que yo jugase para ellos”.
“Pensaba que iba a ser muy difícil que me recibieran bien, pero al final, el equipo me dio una gran bienvenida”, narró. Y terminó convirtiéndose en pieza clave. El destino quiso que, con el gol postrero de Bélgica en el empate en la última fecha de la fase de grupos, los Leones quedaran emparejados otra vez con Alemania, que los eliminó en Tokio 2020, también en cuartos de final (derrota 3-1). Y con Peillat.
En la previa y en los primeros compases del partido se percibió la rivalidad. Por ejemplo, Habif, cuñado de su adversario, posteó: “La camiseta más linda”, con una foto suya con la casaca albiceleste. Y Maico Casella, cuando firmó el 1-1 también tras un corto, pasó por al lado de Peillat y se besó el escudo.
Hasta que llegó el festejo alocado, que exacerbó los ánimos. “Innecesario, injustificable, imperdonable. ¿Contra el país en el que naciste? ¿El que te formó? ¿Con el que fuiste campeón olímpico? ¿Contra tus ex compañeros? Muy dolorosa la imagen”, escribió en X el periodista Juan Martín Rinaldi. “Indefendible lo de Peillat. Se respeta su decisión de jugar contra Alemania, pero el festejo fue innecesario”, sumó Sebastián Purgart, otro especialista.
Desde las imágenes del hoy jugador alemán celebrando la medalla en Río 2016 a la palabra “traidor” como tendencia anexa, su festejo no pasó inadvertido.