Colapinto y un curso acelerado (y aprobado) en Monza: se preparó toda la vida, pero en solo tres días se recibió de piloto de F1
Finalmente llegó el día. Tan esperado por Franco Colapinto, tan ansiado por los fanáticos del automovilismo que son muchísimos en nuestro país. Nuevamente un piloto argentino compitió en un Gran Premio de Fórmula 1. El conductor de Williams cortó 23 años de sequía para poner nuevamente la bandera nacional en la grilla de la máxima categoría. Y eso no fue poco. Pero tampoco fue todo.
Los planetas se alinearon para el chico de 21 años. En todo sentido. Hace poco menos de un año, mientras aceleraba en la Fórmula 3, hasta se dudaba si podía continuar su campaña en la Fórmula 2. Y aquí está ahora, dentro del corralito donde los privilegiados 20 pilotos que aceleran en la Fórmula 1. Y pasa a ser un protagonista más.
¿Qué se podía esperar de Colapinto en su debut? Ni más ni menos lo que logró. Fue el brillante trabajo que realizó el argentino en su presentación en el mítico circuito de Monza, donde los tifosi celebraron con fervor el triunfo del piloto de Ferrari Charles Leclerc.
Más que aprobada la tarea de Colapinto en su debut. “Es un momento que quedará por siempre. Lo esperé toda mi vida y acá estoy, en mi presentación en la Fórmula 1”, comentó Franco, aún secándose la transpiración con la toallita del Williams Racing.
“Me duele todo el cuerpo. Parece que la butaca de fibra de carbono es bastante dura”, bromeó Colapinto. Más allá de un detalle particular del deportista, hay un dato que es fundamental. El piloto que hasta este fin de semana sólo se había subido un par de veces al auto de Fórmula 1 (en 2023 en Abu Dhabi y hace apenas 25 días en la tanda oficial del GP de Gran Bretaña, en Silverstone), aquí giró 53 vueltas, con la presión de una competencia, en medio del pelotón, con la información que abruma desde el pit wall y el cuidado del vehículo, ya que en estas circunstancias (como en todas, prácticamente) hay que devolver el automóvil entero.
No sólo que cumplió con todos estos ítems. Además se mostró competitivo. Largó en el puesto 18° y terminó en el duodécimo lugar. Es cierto que muchas veces los resultados son accidentales (por caso Daniel Ricciardo quedó detrás por una penalización y el curioso error de un mecánico en su detención en boxes). Más allá del número final, se advirtió un desempeño sólido y formidable por parte del rookie.
El ritmo de carrera fue contundente para representar a Williams Racing, un equipo que aún pelea mitad de tabla, en las mejores opciones. En el giro 19, antes del Ecuador de la prueba (total de 53 vueltas), Colapinto cambió los neumáticos y con el caucho fresco registró 1m24s485, apenas dos décimas por encima de la punta. Una analogía parcial, si se quiere, pero válida para mostrar cómo transitaba el argentino la tradicional pista italiana.
“Estoy contento. Fue una buena carrera. Aún estoy digiriendo todo”, destacó Franco, y agregó: “Lo disfruté mucho, estoy muy agradecido con el equipo”.
Entre las vueltas rápidas, Colapinto se ubicó en el 14° lugar, con su mejor vuelta de 1m23s728. Y como siempre se dice en el automovilismo, el principal referente para todo piloto no es ni más ni menos que su compañero de equipo. Alex Albon quedó en el 16° lugar, con un tiempo de 1m23s928.
La estrategia de Williams Racing favoreció a sus pilotos, ya que la idea de hacer una sola parada mostró el progreso de Colapinto, que largó en el puesto 18° y que en la vuelta 15 ya estaba en el 11° lugar. Claro que esto se debió a las detenciones de los rivales.
En el 30° giro, Colapinto regaló una gran maniobra, al superar a Pierre Gasly, a quien tenía medido desde la salida de la Parabólica y tras acelerar en plena recta principal, se tiró por adentro en la primera chicana para ganar una posición en la pista.
Entre las decenas de detalles que debe atender un piloto a más de 300 kilómetros por hora, el ítem de los neumáticos es fundamental: “Estoy contento con el ritmo y la performance. Controlar la degradación de las gomas es fundamental y lo cumplimos”, destacó el argentino.
Colapinto cometió un error durante todo el fin de semana. Fue justamente en la clasificación, cuando se le descontroló el auto en la segunda curva de Lembo y allí dilapidó las pretensiones de avanzar a la segunda tanda, quedando apenas en el puesto 18. Íntimamente sabía que estaba para mucho más. De hecho, Albon terminó en el 9° puesto.
“Si largaba más adelante podría haber sumado algún punto quizá”, comentó Colapinto al término de la carrera. Se nota que aún quedó la espina de esa situación en la actividad del sábado italiano.
Mientras el delirio en Italia se desataba con la victoria de Leclerc, y los pilotos de McLaren celebraban apesadumbrados en el podio (Lando Norris y Oscar Piastri se sentían candidatos a la victoria), Franco miraba hacia adelante.
Monza era el mejor circuito para debutar. El argentino supo ganar en otras categorías allí. Y obviamente le gusta el trazado. Además, al ser uno de los más veloces del calendario, con largas rectas, el piloto puede “descansar” un poco más arriba del auto. Y en el caso de Williams, apalancarse aún más en el motor Mercedes y no tanto en el chasis que penalizaba frente a sus rivales.
¿Qué se viene ahora para Colapinto? El propio piloto lo remarcó: “Sabía que Monza era un circuito que me iba a ayudar a debutar. De las ocho fechas que se vienen de aquí a fin de año, sólo conozco Abu Dhabi. Debo conocer al auto, al equipo y ahora también los circuitos”.
Franco Colapinto ya debutó en la Fórmula 1 y entró en la historia selecta del deporte nacional. Cumplió con creces con una actuación sólida, avalada por los registros. Esto recién comienza. Se vienen circuitos complejos y los grandes desafíos para un piloto que llama la atención. Y no sólo en la Argentina. /Clarín